MADRID 11 Mar. (EUROPA PRESS) -
Los alérgicos y los asmáticos no tienen por qué preocuparse ante la llegada de la primavera siempre que se siga de forma estricta el tratamiento y no abandonen ante la ausencia de síntomas, incluso aunque como este año se presuma una temporada intensa para estos pacientes por las lluvias invernales, según señalan desde el Grupo de Asma de la Asociación de Neumólogos del Sur, Neumosur.
No obstante, su coordinador, el doctor Luis Manuel Entrenas, advierte a estos pacientes de que "estén atentos a las páginas de información general de los diarios, TV y teletextos que informan de los niveles de polen" y, por supuesto, recomienda "comenzar el tratamiento al menor síntoma", especialmente cuando haya rinitis alérgica concomitante, que suele ser un marcador clínico del proceso. "Si la nariz se queja, el bronquio va a hacerlo en los próximos días", asegura.
Asimismo, hace una recomendación especial para los pacientes que sólo hayan padecido síntomas de rinitis en años anteriores. "Si hay tos persistente, especialmente en el esfuerzo o durante la noche, o hay tirantez en el pecho o se escuchan pitos o ruidos torácicos, es importante consultar al especialista, pues la probabilidad de asma se encuentra aumentada en estas circunstancias y no es infrecuente que por no saber reconocerlo la primera manifestación sea una crisis de broncoespasmo", afirma.
De hecho, casi la mitad de los pacientes asmáticos, sobre todo niños, sólo sigue el tratamiento cuando padece una crisis, lo que hace además que en semanas epidémicas las visitas a urgencias se multipliquen. Por este motivo, los neumólogos hacen sobre todo hincapié en el caso de los menores, pues la incidencia del asma es dos veces mayor en los niños que en la población adulta, y el desconocimiento de la enfermedad y su manejo produce muchas veces graves problemas en la infancia.
"Queda mucho camino por recorrer, sobre todo en educación del paciente. Sólo una cuarta parte de los pacientes recibe tratamiento por su asma, muchos dejan el tratamiento cuando se encuentran sin síntomas y las técnicas de inhalación de los dispositivos son defectuosas en un importante número de pacientes. Todos estos hechos contribuyen a muchas veces al fracaso del tratamiento" concluye.