SEVILLA 5 Jun. (EUROPA PRESS) -
La Sociedad Española de Neumología y Cirugía Torácica, que celebró este fin de semana en Sevilla el XXXIX Congreso Nacional Separ, alertó contra el exceso de cloro en las piscinas ya que "puede causar asma y dañar los pulmones, un riesgo que aumenta cuando la exposición al mismo es frecuente o muy prolongada".
En un comunicado, el neumólogo del Centro de Alto Rendimiento para Deportistas de San Cugat del Vallés, Franchek Drobnic, que participa en el congreso, señaló que las personas más expuestas son los nadadores, los monitores y el personal de mantenimiento, aunque también habría que incluir en este grupo a los bebés y niños muy pequeños que ahora en verano pasan horas en la piscina o a quienes sus padres apuntan durante el resto del año a cursos de natación en piscinas cubiertas.
"La razón de que haya que incluir a los niños de 2 ó 3 años es que sus pulmones están en plena fase de desarrollo, un período durante el cual su función respiratoria es más proclive a reaccionar de un modo anómalo ante la presencia de un elemento irritante como es el cloro", aseveró.
El doctor Drobnic subrayó que el ejercicio de la natación es considerado como uno de los deportes más completos porque estimula el desarrollo y el fortalecimiento de toda la anatomía pero que, sin embargo, aseguró que "el cloro que se emplea para la desinfección de las piscinas puede no ser inocuo".
Además, recordó que la inhalación del cloro y sus derivados en el aire y en el agua de las piscinas "ataca la pared de los pulmones y expone a los niños a los efectos de la contaminación atmosférica y el asma". De hecho, el riesgo de asma, según un estudio realizado en Bélgica a instancias de Ministerio de Medio Ambiente, podría aumentar hasta el 60 por ciento cuando la exposición al cloro es intensa y prolongada.
SINTOMAS REVELADORES
El cloro es, además, un gas irritante de las mucosas y del aparato respiratorio que puede producir hiperactividad bronquial en individuos susceptibles, sea cual sea su edad, como el caso de los nadadores de alto nivel, quienes por razón de profesión o vocación están mucho tiempo en contacto con él y entre los que, la prevalencia de hiperactividad bronquial --circunstancia que predispone a padecer asma-- tiende a ser más elevada que en la población general.
El experto de la Separ explicó que el primer síntoma de que el nivel de cloro está afectando es la irritación de las mucosas oculares, de la nariz y de la garganta, que va en aumento hasta producir un dolor agudo. "Esta irritación afecta también a las vías respiratorias inferiores, produciendo una tos refleja que puede provocar el vómito y en casos extremos edema pulmonar".
La exposición a concentraciones de cloro de 45 miligramos por metro cúbico provoca irritación de las membranas mucosas del ojo y de la nariz y, especialmente, de la garganta y los pulmones. Sin embargo, las concentraciones de 150 miligramos por metro cúbico o más son muy peligrosas incluso en exposiciones de corta duración, ya que pueden provocar inflamación en los pulmones con acumulación de líquido, un síntoma que puede manifestarse de forma retardada hasta dos días después de la exposición al gas.
Drobnic explicó también que la mayoría de las intoxicaciones agudas son debidas a un "mal funcionamiento" puntual del aparato de cloración automático por falta de control y mantenimiento, razón por la cual aconseja a los responsables técnicos de las piscinas que "sigan al pie de la letra" la normativa existente a este respecto. Otra segunda causa, la más habitual, sería la ventilación inadecuada del recinto.