MADRID 26 Jun. (EUROPA PRESS) -
Una nueva investigación ha identificado la forma en que la naturaleza crea su propio yeso para tratar de evitar que las bacterias y otros microorganismos penetren en heridas abiertas. Los autores han descubierto que se forma una película de proteína rápidamente sobre una herida como parte del proceso de coagulación natural y proporciona protección durante al menos 12 horas.
Estos investigadores, una colaboración internacional de científicos liderados por la Universidad de Leeds, en Reino Unido, y financiado en parte por la 'British Heart Foundation', creen que esta biopelícula da tiempo al sistema inmune para ordenar sus defensas para hacer frente a cualquier infección.
Los investigadores también observaron que las sustancias a base de aceite interrumpieron el proceso y advirtieron que tratar las heridas en la piel con vaselina, una técnica utilizada en algunos deportes de contacto y después de una cirugía menor, puede aumentar el riesgo de infección.
El estudio, cuyas conclusiones se publican en 'Journal of Clinical Investigation', cambia la comprensión científica del mecanismo de coagulación de la sangre. La coagulación es un proceso vital para prevenir la pérdida de sangre potencialmente mortal después de una lesión. En el sitio de la herida, las plaquetas y los glóbulos rojos se agrupan para tratar de taponar cualquier hemorragia.
Mediante el uso de poderosas técnicas de imagen, los investigadores de Leeds descubrieron que las fibras de fibrina eran palancas de cambio de la naturaleza, reorganizando su estructura de una red fibrosa a una película en forma de lámina en el punto donde el coágulo entra en contacto con el aire, en el sitio de la apertura de la herida.
Visto a través de un microscopio electrónico, los coágulos parecen estar conectados entre sí por fibras parecidas a un espagueti de una proteína llamada fibrina. Durante décadas, los científicos se han sentido desconcertados acerca de la estructura precisa de las fibras de fibrina porque parecían interminables y se enroscaban alrededor de las plaquetas y los glóbulos rojos.
La investigación reveló que las fibras de fibrina se transformaron en una película protectora que tenía propiedades de "transpirabilidad", permitiendo que el aire llegara a la herida a través de pequeños poros que eran demasiado pequeños para permitir el paso de bacterias y algunos virus. La investigación involucró tejido humano y animal.
REDEFINICIÓN DE LA COAGULACIÓN SANGUÍNEA
El profesor Robert Ariëns, del Instituto de Medicina Cardiovascular y Metabólica de Leeds, quien supervisó el estudio, subraya: "Nuestra hipótesis es que la película actúa como un yeso, una barrera protectora para tratar de evitar que los microbios entren al cuerpo donde se rompe la piel".
"Hicimos estudios de laboratorio y en animales que demostraron que esta película podría ser una barrera contra la infección microbiana durante al menos 12 horas, y esto le da al sistema inmunitario tiempo para obtener glóbulos blancos en la herida para contrarrestar cualquier infección", explica.
"El estudio está redefiniendo nuestra comprensión de la coagulación sanguínea. Los coágulos no solo reducen la pérdida de sangre, sino que también proporcionan una defensa de primera línea contra la infección. Entender exactamente qué sucede al final de las fibras de fibrina ha sido una pregunta que los científicos médicos han estado tratando de responder durante años. Este estudio proporciona una explicación largamente esperada", añade.
El documento revela que los científicos que usan microscopios electrónicos habían visto previamente una película delgada sobre los coágulos, pero creían que era el resultado de la forma en que la muestra se preparó para el examen. Los investigadores también notaron que si se aplicaba aceite al coágulo perforaría la película protectora y advierten de que la práctica común de aplicar vaselina a una herida aumenta el riesgo de infección.
El profesor Jeremy Pearson, director médico asociado de la Fundación Británica del Corazón, que financió parcialmente la investigación, apunta: "Al observar cómo se forman los coágulos sanguíneos, con el objetivo de diseñar mejores fármacos anticoagulantes para tratar a pacientes con ataques cardiacos, este equipo ahora descubrió un mecanismo de protección desconocido anteriormente utilizado por nuestros cuerpos para prevenir la infección después de una lesión".
"Este descubrimiento describe perfectamente la naturaleza compleja y, a veces, contradictoria de nuestros cuerpos, en el sentido de que la propia sustancia que puede hacer que los coágulos de sangre dentro de nuestro cuerpo sean tan peligrosos también puede protegernos de daños cuando nos herimos a nosotros mismos", concluye.