BARCELONA 11 Feb. (EUROPA PRESS) -
Las nanopartículas de óxido de cerio podrían mejorar el pronóstico del carcinoma hepatocelular, el cáncer de hígado más frecuente, según un estudio del Instituto de Investigaciones Biomédicas August Pi i Sunyer (Idibaps) y el Instituto Catalán de Nanociencia y Nanotecnología (ICN2).
El trabajo, publicado en la revista 'Hepatology', explica como gracias a sus propiedades antioxidantes y antiinflamatorias las nanopartículas de óxido de cerio han podido revertir parcialmente los mecanismos celulares involucrados en la progresión del tumor y han conseguido aumentar de forma significativa la supervivencia en modelos animales de ratas.
Esta investigación se inició hace casi una década y dio sus primeros resultados en un artículo en 'Journal of Hepatology', donde se ponía de manifiesto el potencial terapéutico antiinflamatorio de las nanopartículas de óxido de cerio para el tratamiento de varias enfermedades crónicas del hígado.
El nuevo trabajo se centra en el carcinoma hepatocelular y analiza el impacto del tratamiento experimental sobre un modelo animal de ratas al que se les ha inducido el cáncer, estudia la distribución del fármaco en tres hígados humanos descartados para el trasplante y detalla la absorción intracelular en los cultivos celulares de cáncer de hígado humano.
El equipo de investigación administró a las ratas cuatro dosis de nanopartículas de óxido de cerio, dos por semana durante 16 de semanas, después de provocarles el cáncer de hígado.
Las nanopartículas, de morfología esférica y una tamaño de entre 4 y 20 nanómetros, se concentraban principalmente en el hígado y el bazo pocos días después de su administración.
Las ratas tratadas atenuaban el número de nódulos cancerosos en el hígado, presentaban niveles reducidos del marcador de cáncer alfafetoproteína, mostraban menor proliferación de las células cancerosas y mayor muerte celular por apoptosis y tenían efectos beneficiosos al ver reducidos los efectos nocivos de la inflamación y la alteración del metabolismo de lípidos.
Cuando los investigadores compararon la supervivencia de las ratas tratadas observaron que tanto las nanopartículas como la mejor opción terapéutica disponible en el momento del estudio, doblaban la supervivencia de las ratas que pasaba de unos 15 días a más de 30.
La distribución de las nanopartículas en hígados humanos funcionales se observó mediante técnicas de imagen en órganos descartados para el trasplante: en solo 30 minutos la mitad de las nanoparticulas quedaban retenidas en el hígado formando aglomerados de diferentes tamaños en varias localizaciones.