MADRID, 22 Mar. (EUROPA PRESS) -
Varias investigaciones científicas han demostrado que el bajo nivel socioeconómico es un importante factor de riesgo para la salud, lo cual puede verse como una sentencia final para aquellos nacidos en una familia con condiciones desfavorecidas. Pero este no es un destino inmutable: si uno logra mejorar su estado, no solo económico sino también culturalmente, las perspectivas en términos de esperanza de vida y salud mejoran considerablemente.
Las llamadas "trayectorias del curso de la vida" son el foco de un estudio realizado por el Departamento de Epidemiología y Prevención en el 'I.R.C.C.S. Neuromed', en Italia, publicado en el 'Journal of Epidemiology and Community Health'. Los investigadores analizaron la relación entre el estatus socioeconómico a lo largo del tiempo y la mortalidad en más de 22.000 personas reclutadas en el Estudio Moli-sani.
"Las investigaciones sobre el estado socioeconómico --dice la primera autora del estudio, Marialaura Bonaccio, epidemióloga del Departamento-- generalmente se centran en uno o más indicadores medidos en un punto específico de la vida. Como ejemplo, el nivel de educación puede evaluarse en la edad adulta joven, pero no sabemos qué sucedió antes o después de la graduación. Hay muchas combinaciones posibles y una persona nacida en una familia desfavorecida puede mejorar, tanto cultural como socialmente. Queríamos estudiar las 'trayectorias', los posibles caminos sociales que todos pueden emprender durante su vida".
LA MOVILIDAD SOCIAL, VINCULADA CON REDUCCIÓN DE LA MORTALIDAD
A partir del análisis de estas trayectorias, fue posible ver cómo las personas que tenían un estatus socioeconómico bajo durante la infancia, pero que luego alcanzaron un buen nivel de educación y una mejor situación económica, tuvieron un riesgo de mortalidad menor que aquellas que no lograron mejorarse a sí mismos. Además, la esperanza de vida se volvió similar a la de los individuos que comenzaron con una infancia más cómoda.
Y este es un viaje que también puede ir hacia atrás, como explica Licia Iacoviello, directora del Departamento y profesora de Higiene y Salud Pública de la Universidad de Insubria, también en Italia. "Otro aspecto interesante del estudio es que los sujetos que tenían una buena condición en la infancia es probable que pierdan alguna ventaja, en términos de supervivencia, cuando no alcancen un nivel de educación adecuado. Estos datos sugieren que las circunstancias socioeconómicas en la primera fase de la vida, desventajosas o favorables, deben considerarse bajo la luz de la posterior evolución de los datos socioeconómicos individuales", dice.
"Es una extensión interesante y muy actual del concepto de 'elevador social' --dice Giovanni de Gaetano, presidente de Neuromed--. Las desventajas socioeconómicas en la infancia no representan una sentencia sin la posibilidad de apelación: las mejoras culturales y económicas pueden contrarrestar esa situación negativa inicial. Este estudio brinda un mayor apoyo científico a la necesidad de hacer todo lo posible por una sociedad verdaderamente democrática".
Y añade: "Según muchos investigadores sociales en Italia, en los últimos años el ascensor social se ha detenido: los nacidos pobres siguen siendo pobres, los nacidos en una familia con baja educación no alcanzarán un alto nivel de educación. Esto no es solo un problema para la calidad de vida de los ciudadanos: ahora sabemos que está poniendo en riesgo la salud de las personas".