Nacer en otoño o invierno predispone a contraer asma en la infancia

Actualizado: miércoles, 25 febrero 2009 14:37

LOS ANGELES 25 Feb. (EUROPA PRESS) -

Los recién nacidos cuyos primeros meses de vida coinciden con periodos de elevada polinización y humedad ambiental presentan un riesgo mayor de desarrollar síntomas prematuros de asma, de acuerdo con un nuevo estudio de la Universidad de California, en Berkeley.

Los investigadores hallaron que los niños nacidos en momentos del año con elevada humedad, generalmente los meses de otoño e invierno, tienen tres veces más posibilidades de desarrollar dificultades en la respiración, síntoma que a menudo corresponde con un primer signo de asma a los dos años, en comparación con los nacidos en otros momentos del año.

Los resultados del estudio, publicados en el último número de la revista 'Thorax', pueden ayudar a explicar por qué los niños nacidos en otoño e invierno aprentemente tienen más riesgo de desarrollar asma que los nacidos en verano.

Numerosos factores han sido relacionados con el riesgo de asma, incluida la herencia y la exposición al aire contaminado, el pelo de animales y el humo del tabaco. "En nuestro estuido, tomamos diferentes factores para entender la relación entre el mes de nacimiento y el asma considerando las concentraciones ambientales de mohos y polen, que siguen patrones estacionales. Se trata del primer estudio sobre el papel potencial de la exposición en recién nacidos a este tipo de componentes ambientales para desarrollar asma", declaró Kim Harley, directora asociada de efectos en la Salud del Center for Children's Environmental Health Research en la Universidad de California-Bekeley y principal autora del estudio.

Los investigadores examinaron a 514 recién nacidos en el californiano Valle de Salinas durante los años 1999 y 2000. Se trata de una región con inviernos suaves y lluviosos y veranos secos. Identificaron 27 grupos de esporas y 48 de polen en el estudio, registrando un promedio diario de concentraciones para los grupos que aparecían presentes en mas de un 3 por ciento del total durante los primeros tres meses de vida de cada niño estudiado.

El pico estacional de polen y de esporas no ocurría siempre en los mismos meses. Asi, los de moho ambiental se daban en noviembre y diciembre, y los de polenes al principio de la primavera, entre marzo y abril. Tras ajustar factores como la historia familiar de asma, contaminación, fumador pasivo y presencia de insectos o mohos en el hogar, los investigadores determinaron que los niños nacidos en otoño e invierno triplicaban la posibilidad de sufir dificultades respiratorias, a menudo un precuror del asma, a edades tan tempranas como tan sólo dos años.