MADRID, 30 Sep. (EUROPA PRESS) -
La cantidad de acontecimientos estresantes producidos en 2020, un año especialmente estresante marcado por el inicio de la pandemia de COVID-19, podrían haber perjudicado el desarrollo social de los jóvenes adultos en un momento crítico de la vida, según una nueva investigación publicada en la revista 'Social Psychological and Personality Science'.
Investigaciones anteriores han examinado el efecto de los factores de estrés en el desarrollo social a lo largo de la vida, pero este trabajo refuerza la importancia de la juventud adulta y cómo puede ser moldeada por eventos externos.
"Si todo va bien, los jóvenes adultos se seleccionan en las redes sociales, inician amistades y relaciones románticas y encuentran su nicho profesional --explica el autor principal, la doctora Janina Bühler, de la Universidad Johannes Gutenberg de Maguncia (Alemania)--. Nuestros resultados, sin embargo, muestran que los factores de estrés externos y las variaciones ambientales pueden poner a los jóvenes adultos en un camino menos afortunado".
Los investigadores compararon el desarrollo social de 415 adultos jóvenes en 2020 con el de 465 adultos jóvenes en 2019. En el transcurso de ocho meses, los participantes, con edades comprendidas entre los 18 y los 35 años, compartieron actualizaciones sobre varios factores que afectan a su desarrollo.
Los participantes en 2020 informaron de la disminución de los niveles de intimidad y satisfacción en las relaciones con el tiempo, mientras que el grupo encuestado en 2019 informó de niveles ligeramente más altos de apoyo social e inclusión en el tiempo. Aunque los cambios no fueron drásticos, la doctora Bühler señala que los pequeños efectos pueden tener consecuencias duraderas.
"Las condiciones ambientales y los contextos son fundamentales para el desarrollo, ya que proporcionan las oportunidades que las personas necesitan para crecer de manera saludable --afirma--. En el caso de 2020, el joven medio puede haber tenido menos de estas oportunidades, lo que provoca miedo y ansiedad, a la vez que puede obstaculizar su desarrollo".
Los investigadores observaron una gran variación en el efecto de estos factores de estrés en los participantes individuales y la doctoraBühler destaca esto como un área importante de estudio futuro. Examinar los mecanismos de afrontamiento de los menos afectados, dice, podría conducir a recursos y apoyos más eficaces para los adultos jóvenes.
Cuando se les pregunta si a los investigadores les sorprendió alguno de los resultados, Bühler cita un aspecto del funcionamiento social que no parece verse afectado por los factores de estrés de 2020: la soledad. "Independientemente de si los adultos jóvenes estaban expuestos a factores de estrés colectivos o no, el grado y la evolución de su soledad fueron similares", concluye.
