MADRID 8 Mar. (EUROPA PRESS) -
Las mujeres que se someten a un tratamiento de reproducción asistida sufren un "alto nivel de estrés" similar al que padecen los pacientes con cáncer o una patología cardiaca, hasta el punto de que puede afectar de manera negativa en la consecución del embarazo, según asegura la doctora Victoria Verdú, coordinadora de Ginecología de Ginefiv.
Según reconoce esta experta, este estrés "puede desencadenar una serie de efectos fisiológicos sobre el proceso reproductivo, ya sea natural o mediante técnicas de reproducción asistida".
En el caso de la mujer, puede incluso llevar a la anovulación, con ciclos menstruales irregulares e "incluso a la supresión del ciclo menstrual".
En el hombre, por su parte, el estrés también puede afectar a su fertilidad reduciendo la cantidad y la calidad de espermatozoides. Además, añade Verdú, "se ha demostrado un menor volumen de semen y de concentración de espermatozoides en pacientes con estrés crónico debido a las bajas concentraciones de hormona luteinizante y testosterona".
Esto hace que muchas de las parejas que precisan de ayuda para tener hijos retrasen la consulta con el especialista por miedo a que el diagnóstico sea desfavorable.
De hecho, el 30 por ciento de las que deciden acudir a una clínica de reproducción asistida suelen necesitar ayuda psicológica. Con el propósito de disminuir la tensión y la ansiedad de estas parejas, Ginefiv ofrece un equipo de Atención al Paciente que prepara psicológicamente a las pacientes que lo necesiten y resuelve las dudas e inquietudes que surjan durante el tratamiento.
"Si el embarazo no llega en el primer intento con estas técnicas de fertilidad, se puede llegar a lesionar la autoestima de la paciente y es en ese momento cuando la ayuda psicológica se vuelve imprescindible", reconoce esta experta.
Y es que en algunos casos, sobre todo cuando la paciente ha realizado varios ciclos, "la ansiedad puede ser tan alta que le lleve al abandono del tratamiento debido a la desesperación o frustración de no haber conseguido su objetivo", reconoce.
El nivel de ansiedad y nervios de la pareja suele prolongarse durante todo el tratamiento, teniendo períodos de estrés máximo durante el día de la punción ovárica, el de la transferencia embrionaria o los 15 días de espera para conocer el resultado del test de embarazo en sangre.