MADRID 10 Feb. (EUROPA PRESS) -
Las mujeres de más de 50 años duplican el riesgo de padecer ansiedad con respecto a los hombres a consecuencia de los tratornos hormonales, los puestos de trabajo peor pagados y el cuidado de padres e hijos, han afirmado expertos durante el 'VI Congreso Nacional de Ansiedad y Trastornos Comórbidos', que se celebra este viernes y sábado en Barcelona.
Sin embargo, estos especialistas prevén que esta tendencia no se mantendrá y se irá revirtiendo poco a poco durante los próximos años. "En las mujeres adultas jóvenes se está produciendo un cambio en su estilo de vida que provocará que la incidencia de los trastornos de ansiedad se equipare en ambos sexos. Esto se debe en gran medida a que, poco a poco, se está equiparando su estatus laboral al del hombre", ha explicado el presidente de la Asociación Española de Psiquiatría Privada (ASEPP), el doctor Salvador Ros.
La ansiedad afecta de manera diferente a adolescentes y ancianos, por lo que es necesario conocerla para que no sea confundida con otras dolencias, señalan desde la ASEPP. De esta manera, una conducta agresiva en la adolescencia suele estar enmascarado un trastorno de ansiedad. "A esta edad, la enfermedad no está diagnosticada en toda su medida y así comportamientos de rebeldía u oposición pueden confundirse con conductas típicas de esos años cuando esconden un cuadro de ansiedad", ha afirmado Ros. "El consumo de tóxicos e incluso el fracaso escolar y la agresividad, también están relacionados con episodios de ansiedad", ha añadido.
ANSIEDAD EN LA VEJEZ
Este experto ha explicado que las personas ancianas tienen miedo a padecer una discapacidad, a morir o a ser abandonados, lo que conlleva a que aparezca este tipo de trastornos. Por su parte, esta patología en adultos está generada en su mayoría por problemas de estrés laboral o por situaciones económicas desfavorables o de desestructuración familiar.
Asimismo, el hecho de trabajar en entornos muy competitivos hace que las personas vean incrementados sus niveles de ansiedad hasta incluso convertirse en patológica. "Culturas como la occidental, donde se fomenta la competitividad del individuo casi desde el nacimiento, acarrea, un incremento los niveles de inseguridad de las personas, por lo que es lógico que las tasas de pacientes con ansiedad crezcan", ha precisado este especialista.
Una consecuencia de estos cuadros ansiosos generados por la alta competitividad laboral son los trastornos del sueño y de los ritmos circadianos -intervalos entre sueño y vigilia-. "Nuestra cultura duerme mal y en malas condiciones. Las prisas, madrugar periódicamente y las alteraciones por la vida social fuera de casa han modificado la regularidad del sueño reduciendo por tanto el descanso de los individuos", ha argumentado Ros.
La prevalencia de la ansiedad en España fluctúa entre el 5 y el 20 por ciento. Se trata de una enfermedad infradiagnosticada, aunque el número de casos no diagnosticados se está reduciendo a lo largo de los últimos años, porque cada vez los pacientes acuden con mayor frecuencia al especialista. "A causa de la actual coyuntura económica se ha incrementado el número de consultas de pacientes con síntomas directamente relacionados con la crisis", ha concluido Ros.