¿Muerte súbita sin aviso? Lo que todos deberíamos saber para actuar a tiempo y salvar una vida

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Publicado: lunes, 23 junio 2025 8:35

   MADRID, 23 Jun. (EDIZIONES) -

   Aunque uno no sea un profesional sanitario, uno puede establecer algunas acciones que pueden ser cruciales a la hora de salvar la vida del paciente que está presentando un cuadro de muerte súbita. Hay margen de maniobra.

   En concreto, y de forma genérica, cuando hablamos de 'muerte súbita cardíaca' nos referimos a cuando tiene lugar una parada cardíaca inesperada (normalmente con un tiempo menor de una hora desde el inicio de los síntomas) en una persona aparentemente sana, según confiesa en una entrevista con Europa Press Salud Infosalus el jefe del Servicio de Cardiología del Hospital Universitario Ramón y Cajal de Madrid, el doctor José Luis Zamorano.

    "Este tiempo de muertes suelen ser provocadas por una arritmia letal, como es la fibrilación ventricular. Remarcar la palabra 'ventricular', pues nada tiene que ver con la muy prevalente arritmia fibrilación auricular, que no es causa de muerte súbita", precisa este experto.

SIN PREVIO AVISO

    Así, y sobre los principales signos de alerta que podrían preceder a una muerte súbita, especialmente en personas jóvenes o aparentemente sanas, el doctor Zamorano advierte de que, en ocasiones, este cuadro de muerte súbita ocurre sin aviso alguno.

"La muerte súbita es instantánea e inesperada, y el tiempo es crítico. Se debe actuar rápidamente para evitar daño cerebral irreversible y salvar la vida del enfermo; una actuación rápida puede salvar vidas, por eso debemos todos estar preparados", tal y como afirma, al tiempo que aporta los tres puntos clave ante uno de estos episodios:

   1. Llamar a Emergencias.

   2. Iniciar maniobras de reanimación cardiaca inmediata.

   3.- Usar un desfibrilador automático (DEA) si está disponible.

SÍNTOMAS DE SOSPECHA SOBRE LOS QUE CONSULTAR

   No obstante, sí señala algunos síntomas ante los que "sin duda" recomendaría acudir al médico para ser evaluado y descartar cardiopatías que podrían acabar en muerte súbita. De entre estos quiero destaca:

   ·Mareos o síncopes (desmayos) inexplicables, especialmente si ocurren durante el ejercicio.

   ·Episodios de dolor torácico que puedan sugerir angina de pecho.

   ·Episodios de palpitaciones rápidas e irregulares que se acompañen de síntomas tales como mareo.

   ·Si en algún chequeo rutinario de una persona aparecen alteraciones en el electrocardiograma que puedan sugerir cardiopatía.

   ·Además, hay un subgrupo de personas que siempre deben ser estudiadas y son aquellos que incluso estando sin síntomas tengan familiares directos que desgraciadamente hayan sufrido una muerte súbita.

    A este respecto, sostiene este cardiólogo que los antecedentes de muerte súbita en la familia son muy importantes y, en ocasiones, llevan a un diagnóstico que puede implicar medidas de prevención de la muerte súbita. "Claramente recomendaría que, si hay antecedentes familiares, se realice una evaluación cardiológica preventiva, incluso si no hay síntomas", destaca.

   Además, otro punto importante que destacar en este contexto es que sí existen diferencias en los síntomas o factores de riesgo entre hombres y mujeres ante un cuadro de muerte súbita, tal y como reconoce: "Las mujeres suelen tener síntomas más atípicos, o inespecíficos, y se ha descrito que, si bien tienen una incidencia ligeramente menor de muerte súbita, tienen peor pronóstico tras el evento. Por otro lado, es interesante reseñar que hay ciertas enfermedades, como algunas canalopatías, como el síndrome de QT largo, que parece son más prevalentes o peligrosas en mujeres jóvenes".

   En concreto, entre las enfermedades cardiovasculares que suelen estar detrás de estos casos en personas sin diagnóstico previo, el especialista del Hospital Universitario Ramón y Cajal hace referencia a que las más frecuentes entre jóvenes son: miocardiopatía hipertrófica; displasia arritmogénica; canalopatías (síndromes de QT largo, Brugada); y anomalías congénitas de las arterias coronarias; así como episodios de miocarditis.

EL PAPEL DEL DEPORTE EN TODO ESTO

   Y es que, si oímos con más frecuencia el tema de la muerte súbita en las noticias es cuando se produce una carrera o maratón y alguien fallece por este cuadro. Eso sí, señala el doctor Zamorano que, en principio, "el deporte no juega ningún papel en la muerte súbita".

   Explica este experto que los episodios de muerte súbita que hemos visto todos en la televisión alguna vez son pacientes que no sabían que tenían una enfermedad de base. "El ejercicio intenso, especialmente en deportistas con enfermedades cardiacas no diagnosticadas, puede desencadenar arritmias fatales. Pero es importante reseñar que el deporte en sí no causa muerte súbita", hace hincapié este cardiólogo.

   Simplemente, según prosigue, el deporte puede ser el desencadenante si se tiene una enfermedad grave de base que ya se tenía antes de hacer deporte. "Por eso, yo creo que es bueno si voy a realizar deporte intenso hacer un chequeo cardiovascular previo, sobre todo en deportistas de élite o con síntomas sospechosos", remarca.

SIEMPRE PRUEBAS PREVENTIVAS, INCLUSO EN PERSONAS SANAS

   Es por ello por lo que aquí aconseja la realización de pruebas preventivas, incluso en personas aparentemente sanas, pero que tienen factores de riesgo o síntomas: "Recomendaría el electrocardiograma (ECG), el ecocardiograma, las pruebas de esfuerzo, o el holter de ritmo cardíaco. Y si hay antecedentes familiares, no olvidemos que el estudio genético, que también nos puede ayudar".

   "El mayor avance sinceramente es la educación a la población. La muerte súbita es cosa de todos. No es sólo de médicos. Una actuación rápida y eficaz es la clave. Quizás deberíamos plantearnos talleres de educación en el último curso de los colegios, o en la universidad. Sin duda, hay avances tecnológicos también importantes como los algoritmos predictivos con inteligencia artificial para analizar ECGs; terapias génicas en investigación para canalopatías; sensibilización y expansión del uso de DEAs públicos; o programas de cribado genético en poblaciones de riesgo.

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