MADRID, 13 Ago. (EUROPA PRESS) -
Las tasas de mortalidad entre los jugadores de fútbol jóvenes son tres veces más frecuentes de lo que se pensaba, y las condiciones de corazón sin detectar que causan la muerte súbita afectan a 1 de cada 266 jóvenes afiliados a la Asociación Inglesa de Fútbol (FA, por sus siglas en inglés), según un estudio de la St. George's, University of London (Reino Unido).
De acuerdo con las conclusiones de esta investigación, que ha involucrado a 11.168 jóvenes durante un periodo de 20 años (1996-2016), la mayoría de las muertes se debieron a enfermedades del músculo cardíaco que no eran detectables con el cribado a la edad de 16 años.
Se encontró que 42 de los jugadores (0,38%) tenían irregularidades cardíacas que pueden conducir a ataques, la mayoría de los cuales (93%) no presentaron síntomas. La incidencia de muerte súbita por enfermedad cardíaca fue de 1 cada 14.700. Esto se compara con las estimaciones anteriores, que se basaban en informes de medios, motores de búsqueda y reclamaciones de seguros, que iban de 1 cada 50.000 a 1 cada 200.000.
El estudio fue dirigido por Sanjay Sharma, profesor de Enfermedades Heredadas y Cardiología del Deporte en St George's, University of London, además de presidente del Comité de expertos cardíacos de la FA. Junto con su equipo, ha tratado de obtener una imagen precisa de los números y las causas de muerte cardíaca repentina entre los jugadores de fútbol adolescentes en el Reino Unido, ya que no hasta la fecha no había un registro sistemático de las muertes en estos jóvenes deportistas.
"La muerte de un atleta joven es muy trágica cuando se considera que la mayoría de las muertes se deben a enfermedades congénitas/hereditarias del corazón que son detectables durante la vida. Estas muertes plantean preguntas sobre posibles estrategias preventivas. Uno de los principales obstáculos para implicar el cribado cardiaco en los jóvenes es la falta de información sobre la incidencia precisa de muerte súbita cardíaca en los deporsitas. Es bien sabido que los adolescentes son los más vulnerables, pero, antes de este estudio, nadie ha informado resultados en una cohorte bien definida", explica el profesor Sharma.
Los jugadores fueron evaluados en el programa de cribado cardiaco obligatorio de la FA, que involucra a todos los jugadores de la academia juvenil en los 92 clubes profesionales del sistema de ligas de fútbol inglés. Recibieron un cuestionario de salud, un examen físico, un electrocardiograma y una ecocardiografía. Las evaluaciones se llevaron a cabo cuando los jugadores jóvenes firmaron su primer contrato profesional, generalmente a los 16 años.
Siempre que fue posible, los 42 deportistas que tenían condiciones cardiacas recibieron tratamiento médico o quirúrgico y se les permitió volver a practicar deporte de forma segura, mientras que otros recibieron asesoramiento médico para dejar de competir. En la mayoría de los casos (70%) pudieron ser tratados y regresar al deporte competitivo. Cuarenta de los jugadores siguen vivos y dos, que iban en contra del consejo médico de dejar de jugar, han muerto desde entonces.
Durante el seguimiento del estudio, los autores encontraron que se habían producido otras seis muertes por enfermedades cardiacas debido a afecciones heredadas que no se habían recogido en el examen inicial. En este momento, los jugadores mostraban resultados de detección normales, pero habían muerto un promedio de 6,8 años más tarde. "Esto sugiere que el cribado a los 16 años omitirá algunas miocardiopatías en individuos predispuestos, y que se pueden requerir más evaluaciones seriales", indican.
Como resultado de este estudio, la FA ya ha puesto en marcha evaluaciones a los 18 años y nuevamente a los 20 y 25 años. "Siguiendo nuestro consejo, la FA ahora ha ampliado el proceso de selección en este estudio para proteger a esta cohorte de deportistas", concluye Sanjay Sharma.