El movimiento de las células inmunitarias es peor en las hembras de más edad en ratones

Archivo - Ratón de laboratorio.
Archivo - Ratón de laboratorio. - JACOBSTUDIO/ ISTOCK - Archivo
Publicado: martes, 18 julio 2023 7:16

MADRID 18 Jul. (EUROPA PRESS) -

Los ratones hembra más viejos tenían más células inmunes que entraban en zonas del cuerpo donde no debían según un nuevo estudio, lo que demuestra que las diferencias de sexo contribuyen a la inflamación relacionada con la edad que debe tenerse en cuenta en futuras investigaciones.

En un artículo publicado en el 'Journal of Leukocyte Biology', un equipo de investigadores dirigido por la doctora Myriam Chimen, de la Universidad de Birmingham (Reino Unido), ha descubierto que la edad aumenta significativamente el número de células inmunitarias que entran en el saco que alberga los órganos principales (cavidad peritoneal) en ratones hembra, en comparación con ratones jóvenes o ratones macho de más edad.

Los resultados corroboran estudios anteriores que sugieren que el sistema inmunitario de las hembras disminuye a un ritmo más rápido con la edad que el de los machos. Es importante destacar que éste es el primer ejemplo de cómo la inflamación relacionada con la edad difiere entre sexos en modelos sanos.

El doctor Asif Iqbal, catedrático asociado de Biología de la Inflamación del Instituto de Ciencias Cardiovasculares de la Universidad de Birmingham, destaca que "se trata de un estudio único que ha descubierto por primera vez una clara diferencia relacionada con el sexo en el modo en que la edad afecta al movimiento de las células inmunitarias".

"Nuestro estudio en ratones demuestra que la edad es un factor que debe tenerse en cuenta junto con el sexo biológico a la hora de investigar la inflamación, y que las investigaciones futuras deben estudiar estas diferencias cuando se planteen nuevos tratamientos centrados en la reducción de la inflamación", destaca.

Los resultados también corroboran la evidencia de que algunas enfermedades relacionadas con la inflamación, como la artritis reumatoide, afectan más a las mujeres.

En las hembras envejecidas, el equipo descubrió que aumentaba el número de células inmunitarias específicas (por ejemplo, células B productoras de anticuerpos) que salían de los vasos sanguíneos y entraban en la cavidad peritoneal, así como la cantidad de agentes proinflamatorios (por ejemplo, citocinas, quimiocinas) dentro de la cavidad.

Además, los investigadores descubrieron una menor integridad de los vasos sanguíneos alrededor de la cavidad en los ratones hembra de más edad, lo que permitía la filtración de colorantes fluorescentes/fluido a la cavidad. El equipo señala que el aumento de los niveles de inflamación relacionados con la edad en la cavidad puede ser la causa de la fuga de los vasos sanguíneos, y podría ser un objetivo para futuros tratamientos.

La doctora Helen McGettrick, catedrática de Inflamación y Biología Vascular del Instituto de Inflamación y Envejecimiento de la Universidad de Birmingham, señala que, aunque este trabajo no identifica la causa exacta de las diferencias relacionadas con el sexo en el deterioro del sistema inmunitario, es probable que las diferencias hormonales entre sexos y los cambios de éstas durante la menopausia en las mujeres desempeñen un papel.

"Una vez confirmados en estudios humanos, estos resultados demuestran la clara necesidad de tratamientos preventivos personalizados y diferenciados por sexos para proteger nuestro organismo a medida que envejecemos --subraya--. Dado que la inflamación es la causa de muchas de las enfermedades relacionadas con la edad, cada vez se ensayan más tratamientos preventivos que podrían proteger contra todo tipo de dolencias, desde las reumatoides hasta las cardiovasculares".

"Sin embargo, hemos demostrado claramente que la dimensión sexual de cualquier tratamiento futuro debe tenerse en cuenta en las fases más tempranas de la investigación para garantizar que los agentes que tengan éxito se traduzcan en beneficios clínicos para los pacientes", añade.

El equipo responsable del estudio ya ha publicado trabajos que demuestran que la administración profiláctica de un péptido (pequeña proteína) denominado PEPITEM puede reducir la respuesta inflamatoria de bajo nivel causada por la obesidad, al modular el tráfico de células inmunitarias por el organismo. La empresa de la Universidad de Birmingham ha presentado solicitudes de patente sobre composiciones y usos terapéuticos de PEPITEM.