MADRID, 6 Jun. (EUROPA PRESS) -
El envejecimiento de los pacientes con VIH se ha convertido en uno de los retos para los médicos que tratan esta enfermedad ya que actualmente la mitad de afectados ya no mueren como consecuencia del virus, según han destacado los expertos participantes en el encuentro 'Políticas Sanitarias y Envejecimiento de la Población VIH en España' organizado por la Fundación Gaspar Casal y Gilead.
"El 50 por ciento de las personas que se mueren con VIH no se mueren por VIH", ha destacado Antonio Antela, coordinador de la Unidad de Enfermedades Infecciosas del Complejo Hospitalario Universitario de Santiago (CHUS), que entre las principales comorbilidades de estos pacientes destaca la hipertensión arterial, el cáncer o las enfermedades hepáticas, renales o cerebrovasculares.
El diagnóstico y el tratamiento precoz de éstas u otras complicaciones mejoran la supervivencia del paciente, pero es necesario que haya un consenso para un mejor manejo al tratarse de una "enfermedad crónica de alta complejidad".
Además, los expertos recuerdan que el riesgo de estas comorbilidades en la población con VIH es mayor que entre la población general. Así, ha explicado Vicente Estrada, especialista en Enfermedades Infecciosas del Hospital Universitario Clínico San Carlos de Madrid, tienen un riesgo 1,5 mayor de sufrir un infarto de miocardio u otra enfermedad cardiovascular.
Esto lleva a que en los últimos años se haya incorporado el término de fragilidad para ver qué pacientes son "especialmente vulnerables" a la hora de realizar una intervención precoz, al tiempo que permite detectar problemas ocultos susceptibles de tratamiento y prevenir o retrasar el deterioro funcional, la discapacidad y la pérdida de autonomía.
Según un estudio que se está llevando a cabo en varios hospitales se estima que un 15 por ciento de los pacientes VIH están en situación de fragilidad y más del 50 por ciento en situación de pre fragilidad.