MADRID, 5 Ene. (EUROPA PRESS) -
Un equipo de científicos ha secuenciado el genoma completo de una antigua cepa del virus de la hepatitis B, arrojando nueva luz sobre un patógeno penetrante, complejo y mortal que hoy mata a casi un millón de personas todos los años. Aunque se sabe poco sobre su historia evolutiva y origen, los hallazgos confirman la idea de que ha existido en humanos durante siglos.
Los hallazgos se basan en datos genómicos extraídos de los restos momificados de un niño pequeño enterrado en la Basílica de San Domenico Maggiore en Nápoles, Italia. Los análisis científicos previos de los restos del siglo XVI, que no incluían pruebas de ADN, sugerían que el niño estaba infectado con el virus de la viruela. De hecho, esta fue la evidencia más antigua de la presencia de viruela en restos medievales y una marca de tiempo crítica para sus orígenes.
Utilizando técnicas avanzadas de secuenciación, los investigadores ahora sugieren lo contrario: el niño fue infectado por el virus de la hepatitis B. Curiosamente, los niños infectados por esta enfermedad pueden desarrollar una erupción facial conocida como síndrome de Gianotti-Crosti, lo que puede haberse identificado erróneamente como viruela e ilustra la dificultad de identificar enfermedades infecciosas en el pasado, como detallan los autores en un artículo publicado en la edición digital de la revista 'PLOS Pathogens'.
"Estos datos enfatizan la importancia de los enfoques moleculares para ayudar a identificar la presencia de patógenos claves en el pasado, lo que nos permite restringir mejor el tiempo que pueden haber infectado a los humanos", explica Hendrik Poinar, genetista evolutivo del Centro de ADN Antiguo McMaster, en Hamilton, Ontario, Canadá, e investigador principal del Instituto Michael G. DeGroote para Investigación de Enfermedades Infecciosas.
UNA CEPA QUE HA EVOLUCIONADO POCO EN 450 AÑOS
Utilizando pequeñas muestras de tejido y hueso, los científicos pudieron extraer diminutos fragmentos de ADN y unir piezas de información genética para crear una imagen mucho más completa. Mientras que los virus a menudo evolucionan muy rápido, a veces en cuestión de días, los investigadores sugieren que esta antigua cepa del virus ha cambiado poco en los últimos 450 años y que la evolución de este virus es compleja.
Aunque el equipo encontró una relación estrecha entre las cepas antiguas y modernas de la hepatitis B, a ambas les falta lo que se conoce como estructura temporal. En otras palabras, no existe una tasa medible de evolución a lo largo del periodo de 450 años que separa la muestra de la momia de las muestras modernas.
Según algunas estimaciones, más de 350 millones de personas que viven hoy tienen infecciones crónicas por el virus, mientras que aproximadamente un tercio de la población mundial se ha infectado en algún momento de sus vidas.
"Cuanto más entendemos sobre el comportamiento de pandemias y brotes pasados, mayor será nuestra comprensión de cómo los patógenos modernos podrían funcionar y diseminarse, y esta información finalmente ayudará a su control", concluye Poinar.