MADRID, 27 Feb. (EUROPA PRESS) -
Desde que comenzará la epidemia de ébola en África occidental hace más de un año, más de 22.000 personas han resultado infectadas por el virus, y los muertos han superado los 9.000 casos. Desde entonces, se han abierto distintas líneas de investigación en búsqueda de un fármaco que elimine el virus. Con este objetivo, investigadores norteamericanos están estudiando el mecanismo por el cual el virus de ébola infecta una célula, y si una molécula de una hierba asiática podría tener la solución contra la enfermedad.
Esta nueva investigación, que se publica este viernes en 'Science', está dirigida por el doctor Robert Davey, de la Fundación Ewing y el Departamento de Inmunología y Virología del Instituto de Investigación Biomédica de Texas, quien explica que una pequeña molécula llamada tetrandrina derivada de una hierba asiática ha demostrado ser una potente molécula pequeña para inhibir la infección de los glóbulos blancos humanos in vitro o en experimentos placa de Petri e impedir la enfermedad del virus del Ébola en ratones.
El último brote de la enfermedad del virus de ébola ha causado la muerte de más de 9.400 personas en todo el mundo y ha creado una crisis internacional que ha mostrado pocas señales de pararse sin dejar de infectar a miles de personas en el África occidental.
El virus de ébola causa fiebre hemorrágica en los seres humanos y actualmente no cuenta con ningún tratamiento o vacuna aprobada. Los científicos en Texas Biomed han estado trabajando en el Laboratorio de Contención con Bioseguridad de Nivel 4 durante más de diez años para encontrar una vacuna, terapias y métodos de detección del virus.
Davey y su equipo han estado trabajando durante más de cinco años en la identificación y búsqueda de dianas terapéuticas para la enfermedad del virus de ébola. La investigación de Davey se ha centrado en detener el virus antes de que tenga la oportunidad de entrar o interactuar con factores celulares, porque se trata de un primer paso fundamental para combatir la infección.
El virus de ébola comienza su entrada en una célula uniéndose primero a varios tipos de proteínas de la superficie celular para, a continuación, tomar la célula y seguir una ruta endosomal, o la ruta de unión a la membrana que transporta el virus a diversos compartimientos celulares.
A partir de estudios anteriores, Davey dice que durante este proceso endosomal conoció esta señalización de calcio en las células, permitiendo a las células transmitirse cargas eléctricas entre sí, algo que controla muchos de los procesos en la célula y es importante para la infección por el virus de ébola.
"No pudimos, sin embargo, precisar los mecanismos implicados en este proceso Con esta investigación, descubrimos que los canales de dos poros (TPCs) son el sensor de calcio clave involucrado en la infección por el virus de ébola. Estos TPCs esencialmente tienen que estar encendidos para que el virus funcione correctamente", lamenta Davey.
Los canales de dos poros son los canales de calcio inusuales que se encuentran en los endosomas que controlan la forma en la que los endosomas se mueven a través de las células y el medio ambiente de las células. Davey y su equipo fueron capaces de mostrar el papel crítico de los canales de dos poros en la infección por el virus de ábola, que no se ha demostrado antes en cualquier otro virus.
Además de la identificación de este mecanismo fundamental para la infección, el equipo de científicos también reveló que los fármacos dirigidos a esta interacción muestran cierta eficacia como posibles tratamientos contra la enfermedad del virus de ébola.
SE ANALIZARON LOS MEDICAMENTOS YA EXISTENTES
En el estudio, el equipo de Davey vio que los medicamentos existentes en la actualidad para tratar la presión arterial alta tienen una capacidad de apagar o encender este sensor clave de calcio. Trabajando con un grupo en Munich, Alemania y el Instituto de Investigación del Suroeste, el equipo probó varias moléculas pequeñas para ver cuál era la más eficaz para cambiar los sensores evitando que el virus se propagara por las células.
El equipo encontró que la tetrandrina protegió a los ratones de la enfermedad sin efectos secundarios obvios y fue la mejor candidata para nuevos experimentos con animales, porque fue el compuesto más potente probado, dio pocas pruebas de citotoxicidad y requirió una dosis menor para ser eficaz y tolerado. Esencialmente, este fármaco muestra capacidad para detener el virus antes de que tenga la oportunidad de interactuar con factores celulares, evitando que el virus continúe con su proceso de infección.