MADRID, 5 Oct. (EUROPA PRESS) -
El modo en el que se diagnostica el cáncer de mama de alto riesgo está relacionado con su pronóstico, según ha puesto de manifiesto una investigación presentada por la doctora del Instituto del Cáncer de Países Bajos (NKI, en sus siglas en neerlandés) en Ámsterdam, Josephine Lopes Cardozo, en el 12 Congreso Europeo de Cáncer de Mama.
El análisis de los resultados, realizado durante más de ocho años y que se sitúa dentro del ensayo clínico aleatorizado en fase III 'MINDACT', muestra que aunque los tumores pueden mostrar los mismos perfiles genéticos, el modo en el que han sido detectados les diferencia respecto a la forma en la que se va a extender a otros órganos o provoque la muerte. Esto es lo que se conoce como intervalo sin metástasis a distancia (DMFI, por sus siglas en inglés).
"Hemos encontrado una diferencia considerable en supervivencia entre los cánceres de alto riesgo detectados durante el cribado o en el intervalo entre dos cribados, lo que indica que el método de detección es un factor pronóstico añadido para este grupo de pacientes", ha dicho la experta.
Además, prosigue, el método de detección, en combinación con el perfil genético de 70 genes, puede optimizar el tratamiento de las pacientes con un alto riesgo de recaer en la enfermedad. Asimismo, para las pacientes con un riesgo muy bajo de recurrencia, un seguimiento a más largo plazo puede ayudar a identificar a aquellas que ahora mismo tienen más riesgo de recibir sobretratamiento.
En el trabajo se han analizado a 1.102 pacientes de cáncer de mama, entre las que evaluaron las diferencias en DMFI para los tumores de riesgo alto, bajo y ultrabajo, según la clasificación que arroja el perfil genético de 70 genes. Un total de 754 casos fueron detectados durante el cribado y 348 en el periodo entre dos cribados.
Con un 50 por ciento de las pacientes que ha superado los 8,6 años de seguimiento, hubo 83 casos de metástasis a distancia o de muerte derivada del cáncer de mama. Entre las pacientes con cánceres detectados durante el cribado, el 36 por ciento no recibió tratamiento sistemático adyuvante, el 33 por ciento solo terapia hormonal y el 30 por ciento recibieron quimioterapia con o sin terapia hormonal añadida.
Entre las pacientes con cánceres detectados en el intervalo entre dos revisiones, el 17 por ciento no recibió tratamiento adyuvante sistémico, el 35 por ciento solo terapia hormonal y el 47 por ciento quimioterapia con o sin terapia hormonal.
"La mayoría de las pacientes que no recibieron terapia sistémica adyuvante presentaban tumores de grado I, menores de 2 centímetros, no presentaban rastro de cáncer en sus ganglios linfáticos y sus tumores estaban clasificados como bajos o ultrabajos según el perfil genético de los 70 genes", ha apuntado Lopes Cardozo.
Cuando los investigadores observaron las tasas de supervivencia a los ochos años, encontraron que las pacientes con cánceres detectados durante un cribado tenían un índice DMFI a los ocho años del 98,2 por ciento en 118 mujeres con tumores de riesgo ultrabajo, del 94,6 por ciento en las 398 mujeres con tumores de riesgo bajo, y del 93,8 por ciento en las 238 mujeres con tumores de riesgo alto.
Las pacientes con cánceres detectados en el intervalo de dos revisiones presentaban un índice DMFI a los ocho años del 97,4 por ciento en las 39 mujeres con tumores de riesgo ultrabajo, del 92,2 por ciento en las 143 con tumores de riesgo bajo, y del 85,2 por ciento en las 166 mujeres con tumores de riesgo alto.
Entre las pacientes con tumores de riesgo alto, aquellas a las que se les detectaron en el intervalo entre dos cribados tenían un riesgo 2,4 mayor de desarrollar metástasis frente a las que se les detectó el cáncer durante un cribado.
"Tanto los cánceres detectados en un cribado como entre dos de ellos presentan unos índices de no presencia de metástasis a los ocho años. Sin embargo, entre las pacientes con tumores clasificados de alto riesgo por el perfil genómico de los 70 caracteres, hay una diferencia significativa entre los índices de los cánceres detectados en un cribado o en un intervalo. Al combinar la información sobre el pronóstico que brinda el perfil genético y el método de detección podemos ayudar a escoger el mejor tratamiento para esas pacientes", ha concluido la doctora Lopes Cardozo.