MADRID, 22 Ago. (EUROPA PRESS) -
Un grupo de investigadores de la Universidad de Kentucky (UK), en Estados Unidos, ha demostrado que la inflamación crónica de la diabetes tipo 2 está causada por una combinación de modificaciones en las mitocondrias y derivados de grasa en lugar de por los niveles elevados de glucosa, lo que pone de relieve que la falta de investigación ha obstaculizado el desarrollo de tratamientos eficaces para la prevención de complicaciones derivadas de esta patología.
Para el desarrollo del estudio, publicado en 'Cell Metabolism', el equipo ha utilizado solamente células inmunitarias humanas, ya que estas tienen el perfil específico proinflamatorio de células T que habían identificado en investigaciones anteriores.
Así, basándose en la "importancia" de la glucólisis, una secuencia de 10 reacciones que produce energía en otros tipos de inflamación, los expertos supusieron que las células inmunitarias en pacientes con diabetes tipo 2 producirían energía al quemar la glucosa; sin embargo, no estaban en lo cierto.
Durante el seguimiento del estudio, observaron que la glucólisis no estaba impulsando la inflamación crónica, si no que esto tenía lugar como consecuencia de una combinación de defectos en las mitocondrias y otros derivados de grasa, lo que rompe el mito de que la glucosa es el principal factor que causa la inflamación crónica de la diabetes tipo 2.
De este modo, Barbara Nikolajczyk, del Departamento de Farmacología y Ciencias Nutricionales de UK, ha puesto de relieve que el siguiente paso se basa en definir los tipos de lípidos proinflamatorios y explorar la relación entre éstos y la resistencia a la insulina. Asimismo, ha señalado que estos hallazgos podrían ayudar a desarrollar nuevos enfoques analíticos para favorecer la investigación sobre la diabetes tipo 2.
La inflamación crónica es el punto de inicio de muchas de las complicaciones que conlleva la diabetes tipo 2, como las enfermedades cardiovasculares, renales o periodontales. Por lo que conocer como es causada es "fundamental" para el desarrollo de nuevas terapias de tratamiento y prevención, ha destacado.
Por último, Nikolajczyk ha concluido que el control agresivo de la glucosa en sangre para reducir el riesgo de complicaciones diabéticas ha sido el principal objetivo para la mayoría de pacientes con diabetes tipo 2, sin embargo "los hallazgos aportan una nueva explicación sobre por qué las personas que llevan un control estricto de la glucosa pueden tener progresión de la enfermedad".