Un niño, entre septiembre y julio, lo que dura un año escolar, tendrá una media de 8 episodios de catarro
MADRID, 11 Nov. (EDIZIONES) -
Si hay un tema por el que consultan muchos padres con la llegada del otoño son los mocos y la tos de los menores de la casa. "Los mocos llegan en septiembre y se van en mayo en el mejor de los casos. Esto es algo que hay que aprender a convivir con ellos, siempre que tengas a un hijo en los primeros años de su vida. Son habituales las infecciones respiratorias en otoño".
Así lo explica en una entrevista con Europa Press Salud Infosalus Lucía, mi pediatra, quien destaca que por que nuestro hijo pequeño tenga mocos no tenemos por qué acudir al médico, pero sí advierte de las señales de alarma que deben movernos a ello:
- Fiebre que dura 3-4 días
- Fiebre que estaba en descenso y al cuarto día vuelve a subir.
- Si hay además de fiebre hay dolor oídos
- Si el cuadro de mocos se complica con una sinusitis y el menor presenta un dolor en la frente intenso, un moco verdoso, maloliente, y puede que fiebre, tras 10 días de catarro que no termina de mejorar.
- Tos o dificultad respiratoria y malestar que persisten y no mejoran en 3-4 días.
¿A qué se debe el moco? Mantiene que cuando nuestro sistema respiratorio detecta a un agente extraño, como un moco, entra en contacto con nuestras mucosas y estas se inflaman y fabrican los mocos para atraparlo y expulsarlo del cuerpo. "Los mocos son la primera línea defensiva del organismo para atrapar a los gérmenes que vienen del exterior", precisa.
Es más, sostiene que si la inflamación tiene lugar en la nariz será una rinitis, y si es en la garganta, y además hay dolor, hablaremos de 'faringitis'; pero si los virus inflaman principalmente la laringe y el niño presenta afonía o tos perruna se tratará previsiblemente de una 'laringitis'; mientras que si la infección progresa y desciende a los bronquios será una bronquitis.
Recuerda en este punto Lucía, mi pediatra, que un niño en edad escolar, entre septiembre y julio, lo que dura un año escolar, tendrá una media de 8 episodios de catarro; episodios donde fundamentalmente tendrá mocos, tos, estornudos, y en ocasiones, dolor de garganta y fiebre. "La fiebre no suele durar más de 3-4 días. Los mocos seguirán ahí durante 7 días y la tos, a veces, se prolonga hasta dos semanas", remarca.
CÓMO MANEJAR LA TOS POR LAS NOCHES
Otro de los problemas habituales que favorecen los mocos es la tos nocturna. "Sí sabemos que funciona y lo recomendamos abiertamente son los lavados nasales con suero fisiológico, así como la fisioterapia respiratoria, y beber mucha agua porque es un gran mucolítico que fluidifica el moco y ayuda a que éste no sea tan espeso", aconseja esta pediatra. Igualmente, habla de elevar el cabecero de la cama.
En este punto, Lucía, mi pediatra, hace hincapié en que los "tan utilizados mucolíticos, antitusígenos, descongestivos, anticatarrales, y antihistamínicos no han demostrado su eficacia ante los catarros en los menores de 6 años".
Es más, advierte de que se han descrito efectos adversos que, aunque infrecuentes, pueden ser graves o muy graves. "Los efectos indeseables de este tipo de medicamentos están ampliamente documentados, sobre todo en niños menores de 6 años: arritmias, broncoespasmo, vértigo, mareos, náuseas, disminución del nivel de conciencia y encefalopatía. No existe evidencia científica que recomiende su uso. Por lo que no debemos utilizarlos a esas edades", reitera esta experta.