MADRID, 19 Abr. (EDIZIONES) -
Cáncer es una palabra que evoca fuertes sentimientos y está asociada con un gran miedo aunque no debería ser así. Muchos pacientes mantienen nociones preconcebidas sobre el cáncer que no son exactas y que a menudo son más temibles que la realidad.
Desde la página web dirigida a pacientes de la Clínica Cleveland en Estados Unidos el especialista de la institución en Hematología y Oncología Michael McNamara señala las siguientes falsas creencias sobre el cáncer:
Mito 1: el cáncer siempre supone un desenlace fatal.
La mayoría de las formas de cáncer, según en qué momento se detectan, son tratables y curables. Algunas formas de cáncer se pueden incluso curar en fases avanzadas. Además de poder curar el cáncer de testículos avanzado y los linfomas como la enfermedad de Hodgkin y los linfomas no Hodgkin, se espera poder curar la mayoría de formas de cáncer de mama, colon, próstata y piel, incluyendo al melanoma.
Mito 2: el cáncer provoca la pérdida del pelo.
El cáncer por si mismo no hace que se caiga el cabello, algunas formas de tratamiento para el cáncer como la quimioterapia y la radiación sí tienen capacidad para ello. Por ello, en cierta medida este hecho es cierto.
Sin embargo, es importante saber que existen muchos tratamientos que producen una limitada o ninguna caída del pelo. Estimamos que alrededor de la mitad de las quimioterapias que pueden emplearse no ocasionan la caída del cabello. Los fármacos dirigidos más novedosos que no son los tradicionales tampoco hacen que el pelo se caiga durante el tratamiento.
Mito 3: el cáncer es contagioso.
No se puede coger el cáncer de otra persona ni por contacto físico ni secreciones o cualquier otra cosa en el aire, no es contagioso. Sin embargo, en parte existe alguna verdad contenida en esta falsa creencia ya que algunos virus e infecciones pueden aumentar el riesgo de cáncer.
El ejemplo más conocido es el del virus del papiloma humano que puede conducir a un mayor riesgo de cáncer cervical y orofaríngeo, un tipo de cáncer de cabeza y cuello. El virus Epstein-Barr se ha vinculado al cáncer de nariz y garganta y a ciertos linfomas. Los cánceres derivados de virus pueden tardar décadas en desarrollarse en relación al momento de la exposición.
Mito 4: el cáncer siempre es doloroso.
Algunos cánceres nunca ocasionan dolor. En el caso de los que sí lo hacen, uno de los focos principales al tratar el cáncer es prestar atención al dolor. Los cuidados paliativos, la gestión del dolor, es un gran aspecto del tratamiento. Es muy importante hablar con el médico sobre el dolor.
Mito 5: 'Mi madre tuvo cáncer, lo que significa que yo también lo tendré'.
Tener un miembro en la familia con cáncer puede aumentar en cierta medida el riesgo de desarrollar ciertos cánceres como el de mama o colon. Sin embargo, el desarrollo del cáncer en estos casos no es inevitable. Algunas personas tienen una historia familiar de cáncer muy fuerte o un miembro de su familia fue diagnosticado a una edad demasiado joven. Pero ambos aspectos sugieren la presencia de un gen cancerígeno como el gen del cáncer de mama BRCA1.
Se han probado muchas de estas mutaciones y se trabaja de forma estrecha con los consejos genéticos. Pero la realidad es que la mayoría de personas que tienen cáncer no tienen antecedentes familiares de la enfermedad y la mayoría de las personas con antecedentes familiares de cáncer nunca desarrollan la enfermedad.
Mito 6: el cáncer siempre tiene que ser tratado de forma inmediata.
Aunque pueda parecer sorprendente, esto no es así. Porque seas diagnosticado con cáncer esto no significa que tengas que ser tratado en seguida sino que es posible esperar. Esto es difícil de decir a algunas personas y de entender. En el caso de algunos cánceres de crecimiento lento, en vez de dar paso a tratamientos invasivos, a menudo se mantiene un periodo de vigilancia en el que se observa si el cáncer se extiende. Estos cánceres incluyen a los linfomas y leucemias de crecimiento lento así como a algunas formas de cáncer de próstata.
Algunas veces, la mejor opción es utilizar terapias que gestionan la enfermedad en vez de curarla y las personas pueden vivir durante años con el cáncer. En algunas circunstancias podría ser apropiado no hacer nada. Si se padecen otras enfermedades importantes, el cáncer podría no ser la amenaza más grave, o si se está en las fases finales de un cáncer se podría elegir no tratarlo pero recibir cuidados paliativos para sentirse mejor.