MADRID, 13 Jun. (EUROPA PRESS) -
El doctor Alexis Bravo, miembro de la Sociedad Española de Radiología Vascular e Intervencionista (SERVEI) y especialista del área de Radiología Vascular Intervencionista del Complejo Hospitalario Universitario Insular Materno-Infantil de Gran Canaria, ha asegurado que "a largo plazo, la trombosis venosa profunda (TVP) puede dar lugar al desarrollo del síndrome post flebítico, presente hasta en un 50 por ciento de los pacientes que presentan una TVP proximal".
La trombosis venosa profunda es la formación de un trombo (coágulo de sangre) en alguna de las venas profundas de la extremidad inferior del cuerpo. Las venas profundas de la pierna están rodeadas por músculos muy fuertes que al contraerse impulsan el flujo sanguíneo en sentido ascendente y contrario a la gravedad, de vuelta hacia los pulmones y el corazón; a la vez que evitan el reflujo de la sangre hacia abajo.
"Los coágulos de sangre se forman cuando existen anomalías en la coagulación de nuestra sangre favorecido por una circulación muy lenta, como ocurre en diversas enfermedades predisponentes (hematológicas, oncológicas), por el tabaquismo, la diabetes o a causa de la inactividad prolongada", explica el doctor Alexis Bravo de Laguna.
En este sentido, el experto resalta que esto se traduce en unos síntomas típicos, entre los que se encontrarían la hinchazón, la decoloración, la pesadez, el dolor y la subida de la temperatura en las piernas.
Este síndrome aparece pese al tratamiento anticoagulante, que puede disolver parcial o totalmente el coágulo, pero con bastante frecuencia no impide que las válvulas de las venas queden dañadas permanentemente después de una trombosis venosa profunda.
Como consecuencia, "las venas se vuelven rígidas, estrechas e insuficientes, por lo que permiten el reflujo en sentido inverso de la sangre causando dolor, pesadez, calambres y picores", señala.
Además, el experto apunta que "la pierna o el tobillo aparecerán crónicamente hinchados, aparecerán arañas vasculares y varices, la piel se pondrá dura y acartonada y con una coloración marronácea y, en los casos más graves, pueden aparecer además úlceras en la región del tobillo".
Generalmente las secuelas del síndrome post flebítico se tratan de forma conservadora, con la colocación de medias de compresión y la toma de anticoagulantes, aunque como matiza el portavoz de la SERVEI, dicho tratamiento "es generalmente poco resolutivo". En ese contexto, señala el experto, adquiere "gran importancia" el papel de radiólogo vascular.
"En el caso de las TVP agudas extensas, tratamos de extraer la mayor carga trombótica posible mediante terapias de trombectomía farmacológica, mecánica o fármaco mecánica. En el caso de las TVP crónicas, el tratamiento endovascular consiste en la recanalización de esas oclusiones crónicas y la reconstrucción de las venas poniendo prótesis", afirma.
La recanalización y reconstrucción de las venas profundas inferiores mediante técnicas endovasculares permite a los pacientes regresar a una vida completamente normal en un periodo de tiempo muy breve, con heridas mucho más pequeñas y con menos dolor que el que generaría una intervención quirúrgica tradicional, según explica el doctor Bravo.
"Generalmente las reconstrucciones venosas se realizan con soporte de anestesia general y los pacientes permanecen ingresados entre 24 y 48 horas. Estos pacientes deben recibir tratamiento anticoagulante y antiagregante durante una temporada, lo que va a limitar la realización de actividad física intensa, pero para las actividades de vida cotidiana y normal, el paciente recuperará su actividad a las 72 horas del procedimiento", concluye.