MADRID 11 Mar. (EUROPA PRESS) -
La miopía multiplica, entre dos y tres veces, el riesgo de padecer glaucoma, según ha informado el especialista en glaucoma de Miranza IOA, Aitor Fernández, que ha recordado que todos ellos son factores de riesgo importantes y que hay que prestar la misma atención a todos para prevenir la pérdida de visión del glaucoma que, al principio, pasa desapercibida.
Asimismo, y sobre si cualquier miopía conlleva este riesgo asociado, la especialista de IMO Grupo Miranza, Elena Arrondo, ha explicado que si bien el riesgo afecta a cualquier persona miope, es cierto que aumenta conforme aumenta el grado de miopía, pudiendo afectar al 12 por ciento de los miopes de 6 o más dioptrías y dispararse hasta el 80 por ciento en el caso de miopías muy elevadas, según apuntan algunos estudios y, en cierta medida, constatamos en nuestro día a día en las consultas.
Por ello, los oftalmólogos de Miranza han hecho un llamamiento para que las personas con miopía, especialmente por encima de las 6 dioptrías, se sometan a controles periódicos que incluyan todas las pruebas necesarias para diagnosticar o descartar la existencia de glaucoma.
"Los pacientes miopes deben acudir periódicamente a una evaluación de la presión intraocular, examen del fondo de ojo (retina y nervio óptico), paquimetría (grosor de la córnea) y campo visual", ha enfatizado la doctora de Vissum Grupo Miranza, M. Jesús Chaves, para recalcar que "en muchas ocasiones, el seguimiento de estos pacientes queda centrado en lesiones de la retina propias de la miopía magna, y es fácil que la prevención del glaucoma quede olvidada.
Asimismo, apostilla, en los altos miopes operados con cirugía refractiva, ya que aunque ya no necesiten las gafas, su ojo sigue siendo anatómicamente miope, y por ello también deben realizarse revisiones y someterse a pruebas de estudio de glaucoma. "Es en estos pacientes en los que a menudo detectamos los casos más avanzados de glaucoma, debido a que han cesado sus revisiones tras operarse", ha constatado la doctora.
DIFÍCIL DIAGNÓSTICO
Y si el diagnóstico precoz del glaucoma ya es difícil de por sí, puesto que la enfermedad no ofrece síntomas evidentes para el paciente en los primeros estadios, el diagnóstico de la patología se complica cuando existe una miopía de por medio.
"En estos pacientes, la presión puede ser normal y, además, su nervio óptico es difícil de valorar porque son ojos que frecuentemente tienen mucha patología en el fondo de ojo, lo que añade un grado más de dificultad al diagnóstico", ha detallado Arrondo.
El campo visual de estos pacientes puede tener alteraciones debidas a la miopía que, igualmente, nos pueden confundir, mientras que, por su parte, la retina puede sufrir alteraciones que pueden parecer la causa de la pérdida visual del paciente, aún sin ser estas las que le están quitando la visión, lo que retrasa muchas veces el diagnóstico.
Además, las pruebas de imagen, como la Tomografía de Coherencia Óptica u OCT del nervio óptico, es un factor también de confusión debido a que estas pruebas no están diseñadas para ojos miopes, pues se basan en la comparación del nervio óptico con patrones "estándares", que no corresponden al del nervio óptico de un paciente miope.