MADRID, 27 May. (EUROPA PRESS) -
Miles de niños pequeños en todo el mundo siguen tragando imanes a pesar del aumento de las regulaciones, según una revisión de la evidencia disponible, realizada por la Facultad de Medicina de la Universidad de California Davis Health (Estados Unidos), publicada en línea en la revista 'Injury Prevention'.
La ingestión de pequeños imanes de alta potencia es un problema importante en todo el mundo, especialmente entre niños menores de 4 años, señalan los investigadores, porque se encuentran comúnmente en artículos del hogar, como juguetes, controles remotos y pequeños electrodomésticos, agregan.
Si bien tragar uno de estos imanes no suele ser problemático, tragar varios o en combinación con un objeto metálico puede causar daños graves, que a menudo requieren cirugía u otros procedimientos invasivos, señalan.
En un intento por construir una base de evidencia e informar mejor las políticas, los investigadores buscaron comparar informes globales sobre ingestión de imanes por parte de niños y políticas regulatorias actuales para países de todo el mundo. Así, exploraron bases de datos de investigaciones internacionales en busca de estudios relevantes publicados entre 2002 y 2024 sobre la frecuencia y los resultados médicos de la ingestión de imanes entre niños desde el nacimiento hasta los 18 años.
De un total inicial de 2.998 artículos, se incluyeron en la revisión 96 estudios elegibles. De cada estudio se extrajo información sobre el número de casos, las características demográficas de los niños afectados y las intervenciones requeridas.
También se realizó una búsqueda exhaustiva en línea de políticas relacionadas con la producción, venta y uso de imanes en cada país, basándose en información de sitios web gubernamentales, artículos de noticias u otras descripciones de políticas que pudieran traducirse al inglés o al español.
La mayoría de los estudios publicados proceden de Asia y Oriente Medio (44 estudios), América del Norte, incluido México (28), y Europa (11), además de un puñado de Chile, Australia, Egipto y Túnez, representativos de sólo el 23% de los países del mundo. El número de incidentes reportados en cada estudio osciló entre 1 y 23,756. En general, EE. UU. reportó el mayor número de casos (23,756), posiblemente debido a la amplitud de sus sistemas de notificación, sugieren los investigadores. Un total de 47 informes de casos individuales provinieron de 23 países diferentes.
Estudios secuenciales en varios países, incluyendo China y Estados Unidos, documentaron un aumento de la incidencia con el tiempo. Los niños representaron entre el 20% y el 86% de los casos de ingestión de imanes, mientras que la edad promedio general osciló entre los 2 y los 8 años.
Se observaron más casos en pueblos y ciudades que en comunidades rurales, y la mayoría de los niños encontraron los imanes u objetos que los contenían en casa, en guarderías y jardines de infancia, en juguetes y en material escolar y de oficina.
Una proporción significativa de los niños requirió hospitalización, cirugía u otras intervenciones médicas. Se encontraron imanes en todo el intestino, y las lesiones documentadas incluyeron obstrucción, vólvulo intestinal, perforación, fístulas y abscesos. Además, se reportó un aumento en el número de casos a lo largo del tiempo en varios países.
Esto podría indicar un aumento real o mejoras en la precisión de los informes, afirman los investigadores. La publicidad con imanes, el costo y la disponibilidad podrían explicar estos aumentos, al igual que los cambios en la industria y las regulaciones gubernamentales.
Pero sea cual sea el motivo, está claro que el problema de los imanes que se tragan los niños sigue siendo un problema en todo el mundo, subrayan. Sólo se encontraron 10 políticas en línea: 2 de Canadá y EEUU, 3 de la Unión Europea, Reino Unido y Francia, y 1 de los Emiratos Árabes Unidos, Taiwán, Japón, Australia y Nueva Zelanda.
MUCHOS PAÍSES AÚN CARECEN DE POLÍTICAS NACIONALES
Estas políticas variaban en su intención y redacción; algunas prohibían por completo los imanes pequeños (EAU, Nueva Zelanda y el Reino Unido). Otras limitaban la potencia de los imanes, exigían un etiquetado más estricto o una combinación de ambas. Las prohibiciones se asociaron con un menor número de casos. "Muchos países aún carecen de políticas nacionales destinadas a limitar el acceso a imanes pequeños e ingeribles, incluso países con incidencia publicada de morbilidad y mortalidad por ingestión de imanes pediátricos", señalan los investigadores.
Reconocen que a menudo no comparaban casos comparables y que no se disponía de datos granulares. Es probable que los casos que no requieren intervención médica estén subregistrados, lo que podría subestimar el número real de casos.
Sin embargo, los investigadores concluyen que estos "datos demuestran que la ingestión de imanes en niños es un problema internacional que debe abordarse". "Cada zona geográfica tiene una disponibilidad de productos y tipos de restricciones diferentes, pero el problema sigue siendo el mismo: si los imanes son accesibles para los niños, algunos inevitablemente los ingerirán, lo que conlleva una amplia gama de consecuencias graves", afirma.
Estos datos también ofrecen información sobre posibles soluciones. La retirada de los imanes del mercado se relaciona con una menor incidencia de lesiones relacionadas con la ingestión de imanes, por lo que estas políticas deberían proponerse, promoverse y aplicarse.
¿QUÉ HACER SI SE TRAGA UN IMAN?
La doctora Paula Vázquez, presidenta de la Sociedad Española de Urgencias de Pediatría (SEUP), advierte a Infosalus que la ingestión de imanes, incluso si el niño está asintomático, requiere atención médica inmediata. Esto se debe a que los imanes pueden atraer partes del intestino entre sí, provocando perforaciones y complicaciones graves como la peritonitis. En algunos casos, es necesaria una intervención quirúrgica urgente.
En caso de que un niño ingiera un imán, se recomienda acudir de inmediato a urgencias pediátricas, incluso si el niño no presenta síntomas. No se debe intentar inducir el vómito, ya que esto podría causar que el objeto se desplace hacia las vías respiratorias. El personal médico evaluará la situación y determinará si es necesario realizar pruebas complementarias o una extracción del objeto. Infosalus
En resumen, la ingestión de imanes por parte de niños es una emergencia médica que requiere atención inmediata para prevenir complicaciones graves.