¿Mientes a tu médico?

Médico de cabecera
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Actualizado: domingo, 30 abril 2017 8:02

   MADRID, 30 Abr. (EDIZIONES) -

   Son muy pocas las personas que se atreverían a tirar la primera piedra asegurando que nunca mienten, ya que hay muchas situaciones en las que, ya sea por vergüenza, por ocultar algo que no se debería haber hecho o por nervios, se escapan las mentiras.

   Una de ellas es en la consulta del médico. Y es que, según el estudio 'Los españoles y la medicina 2.0', elaborado por Doctoralia con motivo de la celebración del Día de la Honestidad, el 13 por ciento de los pacientes españoles ha mentido u ocultado información a su médico en alguna ocasión.

   No obstante, la edad es un factor clave a la hora de ser honestos o no con nuestro especialista de la salud. De hecho, el mayor porcentaje de mentirosos está en la franja de los 18 a los 24 años, donde el 26 por ciento de los pacientes confiesa haber mentido alguna vez.

   Asimismo, a medida que la edad aumenta, se tiende a ocultar cada vez menos información, siendo la franja de los 55 a los 64 años la que menos miente al médico (solo un 9%). Si se tiene en cuenta el sexo, el estudio ha desvelado que las mujeres son las menos honestas con su especialista de salud.

   Los motivos que llevan a los pacientes a mentir a su médico son diversos, pero hay destacan no querer revelar ciertos aspectos de la intimidad (40%), sentir vergüenza (28%) y el saber que se ha hecho algo malo para la propia salud (28%).

   Curiosamente, los jóvenes de 18 a 24 años son los que más reconocen que no han sido honestos con su especialista por saber que no han hecho algo bueno para su salud, mientras que en el resto de franjas de edad el pretexto que ponen es el de no querer explicar aspectos de su intimidad a su médico. Los pacientes españoles de 35 a 44 años son los que más se defienden con esta razón (48,3%).

RIESGOS DE MENTIR EN LA CONSULTA DEL MÉDICO

   Aunque en otros contextos ocultar algún detalle u omitir cierta información no sea grave, en la consulta del médico sí puede traer consecuencias negativas y, especialmente, si se hace de forma recurrente.

   Y es que, según una investigación realizada por psicólogos de la University College de Londres, cuando las personas cuentan mentiras, por pequeñas que sean, el cerebro se desvincula emocionalmente de los sentimientos que se generan cuando mentimos (culpa, miedo o frustración) y se adapta a esta nueva situación. Así, cada vez cuesta menos engañar y las mentiras van multiplicándose.

   Este hecho puede afectar negativamente a la salud, porque, tal y como han avisado expertos de Doctoralia, se estará evitando que el médico obtenga toda la información que necesita para tratar correctamente. "A menudo, el paciente no quiere ir al médico porque teme lo que éste le va a decir: le va a prohibir cosas o le va a decir que no ha hecho bien el tratamiento, por ejemplo. Y ante este caso, mentir es un mecanismo mental de protección", ha zanjado el cofundador de Doctoralia, Frederic Llordachs.