MADRID, 10 Oct. (EUROPA PRESS) -
Una nueva investigación de la Universidad de Graz (Austria), presentada en la Semana UEG 2025 de Berlín (Alemania), muestra que los microplásticos (partículas de plástico de menos de 5 mm que se encuentran comúnmente en el medio ambiente) pueden alterar el microbioma intestinal humano, con algunos cambios que se asemejan a patrones relacionados con la depresión y el cáncer colorrectal.
Este estudio, realizado en el marco de microONE, un proyecto pionero del programa Módulo COMET, liderado por el centro de investigación CBmed en colaboración con socios internacionales, es uno de los primeros en examinar directamente cómo interactúan los diferentes tipos de microplásticos con el microbioma intestinal humano. Como parte de la misión más amplia de microONE de explorar los efectos de las partículas micro y nanoplásticas en el cuerpo humano, ofrece nuevos e importantes conocimientos sobre los posibles impactos en la salud y destaca la urgente necesidad de mayor investigación.
MICROPLÁSTICOS Y CAMBIOS EN EL MICROBIOMA INTESTINAL
El estudio utilizó muestras de heces de cinco voluntarios sanos para cultivar ex vivo el microbioma intestinal. Estos cultivos se expusieron a cinco tipos comunes de microplásticos (poliestireno, polipropileno, polietileno de baja densidad, poli(metilmetacrilato) y tereftalato de polietileno) en concentraciones que reflejan la exposición humana estimada, así como a dosis más altas para investigar posibles efectos dosis-dependientes.
Si bien los recuentos de células bacterianas totales y viables se mantuvieron prácticamente sin cambios, los cultivos tratados con microplásticos mostraron un aumento constante y significativo en la acidez (niveles de pH más bajos) en comparación con los controles, lo que indica una actividad metabólica microbiana alterada.
Análisis posteriores revelaron cambios específicos de los microplásticos en la composición bacteriana, con un aumento o disminución de ciertos grupos bacterianos según el tipo de microplástico. Se observaron cambios en varias familias bacterianas, como Lachnospiraceae, Oscillospiraceae, Enterobacteriaceae y Ruminococcaceae, la mayoría dentro del filo Bacillota, un grupo clave de bacterias intestinales importantes para la digestión y la salud intestinal en general.
POSIBLES RIESGOS PARA LA SALUD
Estos cambios en la composición bacteriana se acompañaron de cambios en las sustancias químicas producidas por las bacterias, algunos de los cuales se correspondieron con las disminuciones observadas del pH. Ciertos tipos de microplásticos alteraron los niveles de ácido valérico y ácido 5-aminopentanoico, mientras que otros afectaron a la lisina o al ácido láctico, lo que pone de relieve la complejidad de las interacciones entre los microplásticos y el microbioma.
Es importante destacar que algunos de estos cambios inducidos por microplásticos en la composición microbiana reflejaban patrones previamente vinculados a enfermedades como la depresión y el cáncer colorrectal, lo que subraya las posibles implicaciones de la exposición a microplásticos para el riesgo de enfermedades.
Al comentar sobre los mecanismos subyacentes de este efecto, el autor principal, Christian Pacher-Deutsch, de la Universidad de Graz explica: "En esta etapa, las vías exactas siguen sin estar claras, pero están surgiendo varias explicaciones plausibles. Los microplásticos pueden alterar la composición microbiana al crear entornos físicos o químicos que favorecen a ciertas bacterias. Por ejemplo, se pueden formar biopelículas en superficies de microplásticos, creando nuevos nichos que algunos microbios colonizan con mayor rapidez".
Además, añade: "Los microplásticos también pueden contener sustancias químicas que influyen directamente en el metabolismo bacteriano. Esto puede provocar cambios en la producción de ácido, lo que podría actuar como una respuesta al estrés bacteriano, alterando involuntariamente el pH intestinal. Estos cambios podrían desencadenar ciclos de retroalimentación que afecten aún más el equilibrio del microbioma".
EXPOSICIÓN COTIDIANA Y PRECAUCIONES
Reflexionando sobre las implicaciones más amplias del estudio, Pacher-Deutsch expone: "Estos hallazgos son significativos dada la omnipresencia de la exposición a los microplásticos en la vida cotidiana. Se han encontrado microplásticos en el pescado, la sal, el agua embotellada e incluso en el agua del grifo, lo que significa que la mayoría de las personas están expuestas diariamente a través de la ingestión, la inhalación y el contacto con la piel.
La conclusión clave es que los microplásticos sí afectan a nuestro microbioma. Si bien es demasiado pronto para hacer afirmaciones definitivas sobre sus beneficios para la salud, el microbioma desempeña un papel fundamental en muchos aspectos del bienestar, desde la digestión hasta la salud mental. Por lo tanto, reducir la exposición a los microplásticos siempre que sea posible es una precaución sensata e importante, concluyen los investigadores.