MADRID 7 Ago. (EUROPA PRESS) -
La doctora María Teresa Iradier, oftalmóloga especialista en Ojo Seco de IMO Grupo Miranza, ha asegurado que la causa más frecuente de ojo seco es una alteración de la microbiota ocular, que se localiza en la córnea y la conjuntiva del ojo.
Concretamente, se trata de la disfunción de glándulas de Meibomio, responsables de lubricar la superficie ocular mediante el aporte de grasa a la lágrima para evitar su evaporación y garantizar la hidratación de ojo. Esta alteración está relacionada muy a menudo con la infección por Demodex, un parásito que forma parte de la microbiota ocular.
La presencia de este parásito en la zona periocular puede afectar a la superficie del ojo, en donde se encuentran las glándulas de Meibomio, dando lugar a una disfunción en la secreción de lípidos, así como a cambios en la microbiota, lo que conlleva a una posible inflamación en el borde del párpado y ojo seco.
Algunas de las señales que manifiesta esta infección son la descamación en la base de las pestañas, la sensación de sequedad ocular y el enrojecimiento e irritación en la zona de los párpados.
Así, la experta recuerda la importancia de la microbiota también en la salud ocular. La microbiota es un conjunto de bacterias que se va desarrollando con el tiempo en el organismo, destacando, entre sus funciones, la de crear una barrera protectora contra bacterias patógenas que pueden causar enfermedades.
No obstante, las alteraciones en este grupo de microorganismos también podrían provocar la aparición de afecciones. Si bien son conocidas las relacionadas con la microbiota intestinal, flora bacteriana sobre la que se habla mucho de un tiempo a esta parte, menos conocida es la existencia de la microbiota ocular y de los problemas oculares que puede acarrear su desequilibrio.
MÁS DE 300 MILLONES DE PERSONAS CON OJO SECO EN TODO EL MUNDO
El ojo seco es una patología que en la actualidad afecta a cinco millones de españoles y cerca de 350 millones de personas en todo el mundo, teniendo una importante repercusión en la calidad de vida de las personas.
El síndrome del ojo seco es una afección que aparece cuando las lágrimas no pueden lubricar adecuadamente el ojo, provocando molestias, además de problemas visuales y, en algunos casos, lesiones en la superficie ocular que podrían dañar la córnea y a la conjuntiva o membrana que recubre tanto la superficie interna del párpado como como el globo ocular.
Algunos de los factores de riesgo más comunes para padecer de ojo seco son el envejecimiento y los cambios hormonales ocasionados en la mujer por el embarazo, el uso de tratamientos anticonceptivos y la menopausia. La cirugía refractiva es otro de los aspectos a tener en cuenta, además de algunos elementos relacionados con el estilo de vida como pueden ser el tabaco, los ambientes secos, la exposición a las pantallas y el uso de lentes de contacto.
Esta patología tiene una importante repercusión en la calidad de vida de las personas, debido a una constante sensación de arenilla durante el parpadeo y una posible alteración en la calidad de la visión. Mejorar estos síntomas hace que los pacientes se encuentren mejor, al no tener molestias derivadas de la sequedad ocular, lo que acelera también el proceso de rehabilitación.
TRATAMIENTO
La oftalmóloga Alejandra Amesty, de Vissum Grupo Miranza (Alicante), ha señalado que "el ojo seco puede ser tratado", siendo una de las herramientas más utilizadas la Luz Pulsada Intensa o (IPL, por sus siglas en inglés), que se lleva a cabo mediante la emisión controlada de pulsos de luz de alta intensidad en la piel periocular y de los párpados para conseguir un efecto antinflamatorio y antimicrobiano en el ojo seco.
La doctora María Gessa, de Miranza Virgen de Luján (Sevilla) explica que esta tecnología "restablece la secreción adecuada de la grasa, pero además tiene efecto antinflamatorio regenerador de las propias glándulas, y reduce el sobrecrecimiento bacteriano y parasitario, con lo que regula la microbiota de la superficie ocular".
Además, cuando se realiza un diagnóstico certero, el tratamiento tiene una eficacia de más del 95 por ciento, lo que pone de manifiesto la importancia de acudir a un especialista en ojo seco para que pueda determinar y tratar la enfermedad de una manera correcta y eficaz.
Asimismo, la doctora Amesty explica que "la lágrima artificial es una medida que trata los síntomas de la sequedad ocular, pero no trata la causa de la enfermedad". Es el oftalmólogo quien puede ayudar al paciente a disminuir la inflamación ocular y tratar la causa del problema.