MADRID, 25 Ago. (EUROPA PRESS) -
La microbiota intestinal podría convertirse en una herramienta clave para la detección precoz y no invasiva del Alzheimer, según un estudio de la Universidad Francisco de Vitoria (España), en colaboración con la Universidad Complutense de Madrid (España) y la Universidad Europea de Madrid (España).
El análisis incluyó a 77 adultos sanos, de entre 18 y 48 años, con estilos de vida cuidadosamente controlados y genotipados para el gen APE. Los resultados mostraron que los portadores del alelo APOE4, conocido por aumentar significativamente el riesgo de Alzheimer, tenían una reducción considerable - hasta cinco veces menor - de bacterias del género 'Megamonas' y también una disminución significativa del grupo bacteriano 'Eubacterium brachy', ambos implicados en la extracción energética y la regulación del tejido graso corporal.
"Estas diferencias microbiológicas podrían reflejar adaptaciones metabólicas tempranas relacionadas con el riesgo genético de Alzheimer, que aparecen mucho antes de que existan síntomas o alteraciones cerebrales detectables", explica la investigadora principal del estudio en la Universidad Complutense de Madrid, Mar Larrosa.
Asimismo, el equipo de investigadores detectó cambios importantes en las funciones metabólicas de estas bacterias. En concreto, observaron un incremento en las rutas bacterianas relacionadas con la producción de carotenoides, pigmentos con propiedades antioxidantes cuya concentración suele ser más baja en los portadores del gen APOE4. Este cambio podría interpretarse como una respuesta compensatoria al mayor estrés oxidativo al que estas personas están predispuestas, explican los autores.
También, detectaron un aumento en el metabolismo bacteriano de la trehalosa, un azúcar con función neuroprotectora, cuya mayor degradación podría reducir su disponibilidad en el organismo y afectar negativamente a la salud cerebral.
"El aumento en la producción de carotenoides podría interpretarse como una adaptación de la microbiota intestinal frente al mayor estrés oxidativo que acompaña al gen APOE4. Sin embargo, el aumento del metabolismo bacteriano de la trehalosa podría disminuir su disponibilidad en el organismo, lo cual paradójicamente reduciría su potencial neuroprotector y podría tener un impacto negativo en la salud cerebral a largo plazo", apunta el investigador del Instituto de Investigaciones Biosanitarias de la UFV y coautor principal del estudio, Carlo Bressa.
En este sentido, el estudio subraya la posibilidad de utilizar las diferencias microbianas como biomarcadores tempranos y no invasivos del riesgo de Alzheimer en personas sanas, antes de que aparezcan los primeros síntomas neurológicos. Así, los autores coinciden en que estos resultados abren posibles vías de prevención personalizada, ya que conocer estos marcadores tempranos podría facilitar intervenciones dietéticas específicas o el uso dirigido de probióticos para modular favorablemente la microbiota en personas con predisposición genética al Alzheimer.
No obstante, los expertos aclaran que es necesario validar estos hallazgos en cohortes más grandes y diversas antes de que puedan ser utilizados de manera efectiva en la clínica. No se sabe con certeza si los cambios observados en la microbiota intestinal de los portadores del gen APOE4 son una causa directa del Alzheimer, una respuesta temprana del organismo o ambas cosas a la vez.
Lo que sí está claro es que el intestino y sus microorganismos tienen un papel más importante del que se pensaba en la salud cerebral. Por eso, el equipo investigador subraya la necesidad de seguir estudiando este fenómeno en grupos más amplios y diversos de personas, para comprobar si estas diferencias microbianas podrían usarse algún día como herramientas de diagnóstico precoz o como dianas para intervenciones preventivas.