La microbiota contiene un compuesto con potencial de reducir el daño causado por el virus respiratorio sincitial

Archivo - Diferentes gérmenes en los intestinos humanos llamados microbiota - Ilustración 3d .Microbiota
Archivo - Diferentes gérmenes en los intestinos humanos llamados microbiota - Ilustración 3d .Microbiota - ISTOCK/ CHRISTOPH BURGSTEDT - Archivo
Publicado: miércoles, 1 junio 2022 17:59

   MADRID, 1 Jun. (EUROPA PRESS) -

   Investigadores brasileños han descubierto que la microbiota intestinal humana contiene un compuesto con el potencial de reducir el daño causado a la salud por el virus sincicial respiratorio (VSR), una causa importante de infecciones del tracto respiratorio inferior, especialmente bronquiolitis, en niños de 2 años o menos.

   La investigación, publicada en 'eBioMedicine', muestra que el acetato de ácidos grasos de cadena corta derivado de la microbiota intestinal protegió a los ratones contra el VSR y mitigó la gravedad de la enfermedad en los que ya estaban infectados. "Confirmamos la acción antiviral de la sustancia en células humanas y en animales. También correlacionamos sus concentraciones con una reducción de ciertos signos y síntomas causados por el virus en los bebés", ha señalado Marco Aurélio Ramirez Vinolo, co-investigador y profesor del Instituto de Biología de la Universidad de Campinas (IB-UNICAMP) en el estado de So Paulo, Brasil.

   Actualmente no existen tratamientos específicos para el VRS. Los síntomas y consecuencias hay que manejarlos en la medida de lo posible mientras el organismo del niño lucha por superar la infección. En ciertos casos, como cuando se infecta un bebé prematuro, se recomienda el anticuerpo monoclonal palivizumab para prevenir enfermedades pulmonares, pero este tratamiento profiláctico es costoso.

   Según los investigadores, sus hallazgos respaldan la idea de que un producto natural de bajo costo de la microbiota intestinal podría desempeñar un papel en el control de la infección grave por VSR directamente en el tracto respiratorio. El primer autor del artículo es Krist H. Antunes, posdoctorado en pediatría e inmunología de la Pontificia Universidad Católica de Rio Grande do Sul (PUC-RS) en Porto Alegre, Brasil.

   Durante la pandemia de COVID-19, el número de casos de otras infecciones respiratorias virales disminuyó temporalmente, pero los casos de bronquiolitis por VSR se recuperaron recientemente. Los brotes fuera de temporada de tales infecciones son una amenaza para los bebés susceptibles, lo que refuerza la importancia de las intervenciones preventivas asequibles.

PRUEBAS DE LABORATORIO

   En experimentos anteriores, los investigadores utilizaron diferentes estrategias para alterar la microbiota intestinal en ratones, como administrar antibióticos y aumentar la cantidad de fibra en su dieta, por ejemplo, después de lo cual investigaron cómo respondía el organismo al RSV. "La resistencia a la infección aumentó cuando la microbiota produjo más ácidos grasos de cadena corta, especialmente acetato", señala Vinolo. Las pruebas de laboratorio en las que se trataron las células con este acetato también arrojaron resultados prometedores.

    Sin embargo, las pruebas utilizaron una cepa viral cultivada en laboratorio que difería de la que circula entre los humanos. Para abordar esa limitación, para el último estudio, los investigadores recolectaron muestras del virus de dos niños atendidos en el Hospital So Lucas, de la PUC-RS, y las aplicaron a células cultivadas previamente tratadas con acetato. Los resultados mostraron un menor nivel de muerte celular y una reducción del 88% en la carga viral.

   El análisis de estas células también mostró que el acetato activaba la producción de moléculas antivirales, entre las cuales RIG-I parecía ser especialmente eficaz contra VRS. En células sin RIG-I, el acetato no logró evitar el avance de las infecciones.

   En el siguiente paso, se inocularon muestras virales de los niños en ratones. Una vez infectados, los ratones recibieron acetato por vía intranasal. Una vez más, el acetato tuvo efectos positivos, reduciendo la carga viral en un 93 por ciento y mitigando la inflamación de las vías respiratorias. Los ratones también recuperaron peso más rápido después del tratamiento.

MICROBIOTA INTESTINAL EN LACTANTES CON BRONQUIOLITIS

   Luego, en colaboración con Ana Paula Duarte de Souza y Renato Stein, ambos profesores de la PUC-RS, fueron reclutados 30 niños menores de 12 meses en tratamiento hospitalario por bronquiolitis por VRS en el Hospital So Lucas. Se recogieron muestras de heces de 17 de los bebés. "Analizamos la composición de su microbiota intestinal y cuantificamos los niveles de ácidos grasos de cadena corta", señala Vinolo.

   La tabulación cruzada de estos datos con la información clínica sobre la bronquiolitis de los niños mostró que los niveles más altos de acetato se asociaron con enfermedades respiratorias menos graves, especialmente con una saturación de oxígeno más alta y menos días con fiebre.

   "Este tipo de estudio apunta a una correlación, pero no garantiza que sea de causa y efecto. Sin embargo, proporciona un argumento adicional para continuar estudiando el acetato intestinal", señala el experto, quien para confirmar sus hallazgos, junto a sus colegas, recolectó células de las vías respiratorias superiores de los mismos bebés y las trataron con acetato en el laboratorio. Como antes, la carga viral cayó y la actividad de las moléculas antivirales aumentó.

   Vinolo cree que se ha obtenido suficiente evidencia para que el grupo comience ensayos clínicos diseñados para verificar la seguridad y los beneficios del uso de acetato para prevenir o controlar la bronquiolitis. "Hemos estado planeando esto durante algunos años, pero la pandemia ha sido un obstáculo. Nuestro objetivo es completar el primer ensayo en 2022, posiblemente con tratamiento intranasal", dijo.

   La razón para centrarse en el desarrollo de un fármaco a base de acetato es que, aunque otros ácidos grasos de cadena corta producidos por la microbiota intestinal tienen efectos similares, no llegan al torrente sanguíneo en grandes cantidades. "El acetato alcanza altos niveles en varias partes del organismo, como los pulmones", dijo Vinolo.

   El artículo destaca el papel de la microbiota intestinal en el organismo, y especialmente en el sistema inmunitario. Para Vinolo, esta es una buena razón para que todo el mundo apunte a una dieta equilibrada con mucha fibra soluble, que incluya cereales como avena, linaza y chía, legumbres como lentejas y frijoles secos, y frutas como manzanas y plátanos.