MADRID, 12 Feb. (EUROPA PRESS) -
Un nuevo estudio de la Universidad de Chicago (Estados Unidos) ha descubierto que durante la oleada inicial del brote de COVID-19 en la ciudad de Nueva York, solo entre 1 de cada 5 y 1 de cada 7 casos del virus eran sintomáticos.
En su trabajo, publicado en la revista 'Proceedings of the National Academy of Sciences', el equipo de investigación ha evidenciado que los casos no sintomáticos contribuyen sustancialmente a la transmisión en la comunidad, constituyendo al menos el 50 por ciento de la fuerza motriz de la infección por el SARS-CoV-2.
Cuando la epidemia de COVID-19 llegó a EE.UU., los investigadores observaron que era muy difícil estimar qué proporción de personas infectadas por el SARS-CoV-2 llegaría a desarrollar síntomas, en parte debido a los problemas iniciales de capacidad de análisis.
"Sin datos sobre la capacidad de las pruebas, es muy difícil calcular la diferencia entre los casos que no se notificaron por falta de pruebas y los casos que eran realmente asintomáticos. Queríamos desentrañar esas dos cosas, y como la ciudad de Nueva York fue una de las primeras en informar del número diario de pruebas realizadas, pudimos utilizar esas cifras para estimar cuántos casos de COVID-19 eran sintomáticos", explica el primer autor, Rahul Subramanian.
Aunque hay varios modelos que utilizan datos epidemiológicos para estimar el número de casos no detectados y las tasas de transmisión, éste es el primer modelo revisado por pares que incorpora datos sobre la capacidad de pruebas diarias y los cambios en las tasas de pruebas a lo largo del tiempo para proporcionar una imagen más precisa de qué proporción de infecciones por SARS-CoV-2 son sintomáticas en una gran ciudad de Estados Unidos.
"La incorporación de estos datos al modelo demostró que la proporción de individuos que son sintomáticos para el COVID-19 está entre el 13 y el 18 por ciento. E independientemente de la incertidumbre en todos los demás parámetros, podemos decir que más del 50 por ciento de la transmisión que se produce en la comunidad procede de personas sin síntomas, es decir, las que son asintomáticas y presintomáticas", explica la autora principal, Mercedes Pascual.
Aunque este análisis de datos no indica el grado de infecciosidad de los individuos asintomáticos ni tiene en cuenta las nuevas variantes del virus que se están propagando actualmente, el modelo proporciona un apoyo adicional a la importancia de seguir las directrices de salud pública para reducir la transmisión del virus en la comunidad, independientemente de que los individuos muestren síntomas.
"Aunque las personas asintomáticas no transmitan el virus a un ritmo elevado, constituyen algo así como el 80 por ciento de todas las infecciones. Esta proporción es bastante sorprendente. Es crucial que todo el mundo, incluidos los individuos que no muestran síntomas, cumpla las directrices de salud pública, como el uso de mascarillas y el distanciamiento social, y que las pruebas masivas sean fácilmente accesibles para todos", añade otro de los autores, Qixin He.