MADRID 26 Dic. (INFOSALUS) -
Supone una inflamación del sistema nervioso central, en concreto de las meninges, una especie de membranas presentes en el cráneo y en la médula espinal. Esta inflamación puede tener su origen en un agente químico o microorganismo pero también en un tumor que ocasione irritación en las meninges.
Según explica a Infosalus el doctor Santiago Moreno, portavoz de la Sociedad Española de Enfermedades Infecciosas y Microbiología Clínica (SEIMC), la meningitis puede presentar distintos grados de gravedad, desde los más leves a los más graves, y puede presentarse en personas con las defensas disminuidas pero también en las sanas. "Lo fundamental es descubrir primero qué es lo que produce la meningitis, si es una bacteria, virus, parásito u hongo, aunque estas dos últimas causas son muy raras o excepcionales", señala el doctor.
El diagnóstico diferencial de la meningitis sólo puede realizarse a través de la punción lumbar en la que se extrae líquido cefalorraquídeo que de forma natural no contiene células y cuya presencia define la enfermedad.
LAS CAUSAS VÍRICAS, LAS MÁS BENIGNAS
En nuestro medio la meningitis vírica es sinónimo de enfermedad leve, un virus puede ocasionar una infección a otro nivel y tener su reflejo en las meninges, causa entonces fiebre, dolor de cabeza y vómitos, un cuadro que lleva a acudir a los servicios de urgencia y que requiere para su diagnóstico la punción lumbar.
Estas meningitis víricas tienen una evolución benigna y la persona puede volver a casa si su estado general no se ve afectado. Son meningitis que no se transmiten, son autolimitadas y se pasan solas aunque se prescriben antiinflamatorios que mejoran la inflamación y la fiebre.
Hay que distinguir esta meningitis vírica de otros cuadros víricos graves en las que no solo se ven afectadas las meninges sino también el cerebro. Cuando están inflamados meninges y cerebro se habla de meningo-encefalitis, que son cuadros mixtos, o encefalitis pura, cuando solo está inflamado el cerebro.
Las encefalitis más graves en nuestro medio son las herpéticas, producidas por el mismo virus del herpes que ocasiona los herpes labiales. Aunque son pocos los casos, antes de la existencia del tratamiento con aciclovir, estas encefalitis sin tratar podían ocasionar entre un 90% a un 100% de mortalidad, unas cifras de deceso casi seguro que han descendido hasta ser menores del 10%.
EL NEUMOCOCO, LA BACTERIA MÁS VIRULENTA
Las meningitis bacterianas más comunes son las que ocasiona el neumococo, el patógeno asociado a las neumonías, cuando debido a esta enfermedad pulmonar el sistema nervioso central puede verse afectado por el neumococo. Puede afectar a cualquier persona, ya que una simple sinusitis u otitis puede ser la causa de que el patógeno alcance el cerebro.
La meningitis neumocócica es grave y ocasiona cuadros agudos, que pueden llevar a que a las 24 horas el paciente se encuentre muy mal y su vida corra peligro, además de las secuelas que puede sufrir si sobrevive. Esta es la meningitis más temida por los especialistas por su gravedad, es la más típica del adulto y no tiene repercusiones en la salud pública ya que no es transmisible.
"En estos casos es básica una intervención precoz y proporcionar tratamiento lo antes posible, dentro de las 24-48 horas de aparecer los síntomas. Suele tratarse a tiempo por lo llamativo de los síntomas, ya que de los iniciales como fiebre, dolor de cabeza brusco y vómitos se pasa a una alteración brusca del nivel de conciencia que coloca a la persona en una situación de estupor que le impide reconocer a familiares, abrir los ojos o atender a lo que se le dice", señala el doctor, especialista del Servicio de Enfermedades Infecciosas del Hospital Universitario Ramón y Cajal de la Comunidad de Madrid.
En su tratamiento intervienen los antibióticos y también los esteroides que ayudan a reducir la presión intracraneal y la inflamación. En términos globales un 50% de estas meningitis, que tienen un 20% de mortalidad, pueden dejar secuelas, entre las más importantes la sordera, pero también déficits motores o sensitivos asociados al área del cerebro afectada.
CUESTIÓN DE SALUD PÚBLICA
La meningitis bacteriana por meningococo es más propia de jóvenes y en el intervalo temporal de los 5 a los 15 años pero rara vez se da en los menores de esta edad y en la edad adulta disminuye su aparición. Su grado de gravedad es muy variable ya que puede presentarse de forma muy leve que solo requiere de un tratamiento antibiótico de 5 días hasta ser extremadamente grave y ocasionar un síndrome general hemorrágico que lleve a la unidad de cuidados intensivos.
Aunque presenta los síntomas comunes de fiebre, dolor de cabeza y vómitos, el nivel de conciencia se ve menos afectado que en el caso de las meningitis por neumococo. Un signo característico de las meningitis meningocócicas es la aparición de pequeñas manchas hemorrágicas en la piel, que el especialista busca en el paciente antes de indicar la punción lumbar.
A pesar de que la meningitis bacteriana por meningococo es más benigna que la que ocasiona el neumococo se trata de una infección que puede transmitirse por vía respiratoria. Por ello, la identificación de un caso requiere investigar entre los contactos más próximos del paciente y proporcionar antibióticos a los más allegados para contrarrestar un posible brote epidémico. Este tipo de meningitis sí puede prevenirse a través de la vacunación.
"Es un tipo de meningitis que suele curarse bien y no dejar secuelas en un 90% de los casos aunque existe una pequeña mortalidad. Sin embargo, en los casos más graves las hemorragias derivadas que han dado lugar a una necrosis pueden ocasionar la amputación de algún miembro", concluye el doctor.