MADRID, 30 Abr. (EDIZIONES) -
La postura para mejor dormir es personal e intransferible. Cada uno tiene la suya. Es decisiva para coger el sueño, especialmente cuando nos vemos obligados a dormir en cualquier sitio que no sea nuestra cama, tipo cuando nos toca pasar la noche en la butaca del acompañante en el hospital, en el asiento del bus o de un avión, por ejemplo.
El médico de familia, psicólogo clínico y experto en problemas de sueño, el doctor Darío Fernández, acaba de publicara 'Tratamiento integral del insomnio en cuatro semanas', un libro en el que se hace un abordaje integral del insomnio y se presenta un programa basado en la psicología cognitivo conductual, en la higiene del sueño, en el control de la luz y en los alimentos inductores del insomnio.
"Mucho se ha escrito sobre este tema, pero los expertos están de acuerdo en cual es la peor de las postura: dormir boca abajo, y sobre todo después de una cena copiosa. ¿Por qué?", se pregunta en una entrevista con Infosalus el experto.
Según afirma, porque coloca a la columna en una posición antinatural. Además, aplasta nuestro estómago favoreciendo el reflujo gastroesofágico responsable de una tos irritativa nocturna, aparte de acumular asimétricamente presión en la columna lumbar.
"Y luego nos despertamos con dolor de espalda, o mal llamado de riñones, porque estos sólo duelen en el cólico nefrítico. Asimismo, si dormimos boca abajo, sólo podemos hacer dos cosas con la boca: clavarla contra la almohada, de forma que dificultamos la respiración y la oxigenación cerebral, o rotamos excesivamente el cuello, de forma que luego nos duelen las cervicales por la mañana", advierte Fernández.
En cambio, el médico de familia destaca que la mejor postura es boca arriba, ¡y sin almohada! "Lo lógico es que no nos acostumbremos. ¡Toda la vida con almohada! ¿Qué hacer? Pues una almohada lo menos alta posible. ¿Cuánto de alta? Pues la altura ideal de la almohada sería aquella que nos deja nuestra barbilla paralela a los dedos gordos de nuestros pies. Así que si la altura de la almohada hace que nos clavemos la barbilla en el pecho nos hemos pasado de altura. Si acostados boca arriba, no vemos la punta de nuestros dedos gordos de los pies, la almohada es muy baja", indica.
A su vez, llama la atención sobre el tipo de almohada, y dice que también hay que adecuarla a la postura: "Los que logran dormir boca arriba tienen que tener una almohada delgada. Los que lo hacen de lado, ésta debe ser más gruesa para que la columna cervical no se desalinee con el resto. Y para los que se mueven mucho, almohadas flexibles y rellenas de plumas. Se adaptan a todas las posturas".
Por otro lado, alerta de que la almohada también se lava de vez en cuando, no sólo la funda, ya que podría estar acumulando ácaros que nos causen picores en la piel o en la nariz por la noche, y expliquen nuestro sueño inquieto. Se aconseja poner una almohada debajo de las corvas, así se consigue un apoyo de las lumbares y se evitan contracturas en esa zona, añade el especialista en sueño.
¿QUÉ PASA SI YO SIEMPRE DUERMO DE MEDIO LADO?
El doctor Darío Fernández también hace referencia a aquellos casos en los que se tiene la costumbre de dormir de lado. "Es mejor hacerlo con las dos piernas flexionadas. Encoger sólo una pierna desequilibra la cadera y puede provocar dolores. La ideal es la llamada 'posición fetal', especialmente para los que padecen dolores de espalda. Reparte bien el peso del cuerpo a lo largo de toda la columna, y además no dificulta la respiración", subraya.
Por otro lado, indica que el tipo de postura habitual hay que adecuarlo al tipo de colchón. "Los que duermen boca arriba se beneficiarían de un colchón más bien duro. Colchón menos duro para los que duerman de lado. De esta forma, el hombro se puede hundir un poco y evitar rigideces", precisa.
Mientras, asegura que los obesos duermen mejor en colchones duros, al igual que los que se mueven mucho. "A estos les cuesta menos girarse en la dureza. En cambio, los delgados descansan mejor en uno blando. Por lo tanto, eso que se dice que los mejores son los duros, no es del todo cierto. A los frioleros les va mejor un colchón viscoelástico o incluso de espuma. A los calurosos o sudorosos, de muelles. Transpiran más. Colchones de látex y con fundas lavables para asmáticos y alérgicos", sostiene.
A su juicio, el mejor colchón es aquel que echados boca arriba respeta las curvas normales de la columna, y echados de lado la mantiene alineada. "Los exceso de rigidez, o de blandura, desalinean la columna. El primero porque no permite que se hunda un poco el hombro y la cadera, y los segundos porque los hunden demasiado", advierte.
Finalmente, recuerda que los ácaros suelen ser unos "molestos compañeros para el sueño" que pueden dormir con nosotros en el colchón y la almohada cada noche. "Cada hembra pone 170 huevos en un día, por lo que puede haber millones", alerta. Así, aconseja no sólo lavar las sábanas una vez por semana, así como la funda de la almohada.
"Lo que sí sirve son las fundas antiácaros para colchones, y las fundas antialérgicas para las almohadas. Estos seres microscópicos se alimentan de nuestro sudor, caspa y la descamación de nuestra piel. Alimento les sobra. El picor nocturno de nariz, los estornudos, el picor de la piel y hasta la dificultad para respirar y una tos seca pueden ser las molestias que causen e impidan conciliar el sueño. Aspirar el colchón y colocar fundas puede solucionar el problema. Esto además es imprescindible en las personas alérgicas", concluye el médico de Familia Darío Fernández.