El medioambiente también afecta a las enfermedades no transmisibles

Archivo - Contaminación del aire visible en una gran ciudad
Archivo - Contaminación del aire visible en una gran ciudad - UCO - Archivo
Publicado: viernes, 15 octubre 2021 14:19

MADRID, 15 Oct. (EUROPA PRESS) -

Un estudio ha revelado que las enfermedades no transmisibles (ENT) están relacionadas con factores fisicoquímicos en el medioambiente que contribuyen significativamente a las altas cifras de estas enfermedades, según un grupo internacional de expertos ambientales.

El informe, que se ha publicado en la revista médica 'Cardiovascular Research' (Investigación cardiovascular), indica que el crecimiento de las ciudades está asociada con la acumulación e intensificación de estos factores estresantes e insiste en que el riesgo de enfermedades no transmisibles también está asociado con la exposición a factores ambientales como la contaminación del aire, la exposición al ruido, la luz artificial o los incendios forestales

"Todo el mundo está experimentando las consecuencias del cambio climático, como incendios forestales, inundaciones y temperaturas más altas. Se sabe mucho menos sobre la capacidad de los factores ambientales de estrés para causar efectos adversos para la salud, como enfermedades cardiovasculares, enfermedades de las arterias coronarias o para inducir factores de riesgo en diabetes o hipertensión arterial", ha explicado el autor principal, Thomas Munzel.

Por ello, los expertos ambientales han solicitado a la Sociedad Europea de Cardiología y a la Asociación Estadounidense del Corazón que reconozcan la contaminación acústica y la contaminación del aire como factores de riesgo cardiovascular.

En este sentido, los investigadores apuntan a que cada año se experimentan más de ocho millones de 'exceso de muertes' (excess deaths) debido al tamaño de las partículas de 2,5 micras (PM2,5), lo que supone más muertes que por el tabaco, reconocido como factor de riesgo.

Asimismo, el informe recalca que la contaminación del aire también reduce la esperanza de vida en 2,9 años mientras que el tabaco en 2,2 años. Además, el estudio ha presentado soluciones y medidas de mitigación para reducir el impacto de los factores de riesgo ambiental con un enfoque en las enfermedades cardiovasculares.