MADRID 1 Jul. (EUROPA PRESS) -
Las continuas medidas de control y el suministro gratuito de medicamentos ha permitido que en los últimos años se haya logrado reducir por primera vez en 50 años el número de casos de tripanosomiasis africana, lo que se conoce como enfermedad del sueño, pasando de algo más de 17.000 nuevos casos en 2004 a poco más de 7.000 en 2010.
Así lo asegura la Organización Mundial de la Salud (OMS), que ha recordado que el diagnóstico y tratamiento de la enfermedad son complejos y exigen la intervención de personal especializado.
La enfermedad del sueño solo ocurre en 36 países del África subsahariana donde existe la mosca tsetsé que puede transmitirla. Según datos de este organismo de Naciones Unidas, en 2005 había entre 5.000 y 70.000 casos reales, pero actualmente se estima que hay unos 30.000 afectados.
En 2000 y 2001, la OMS estableció alianzas publicoprivadas con las farmacéuticas Aventis Pharma (actualmente llamada Sanofi-aventis) y Bayer, lo que permitió la creación de un equipo de vigilancia que facilitó apoyo a los países con endemicidad para sus actividades de control y el suministro gratuito de medicamentos para tratar a los enfermos.
En 2006 y recientemente en 2011, esa fórmula de colaboración se renovó y el éxito logrado en la reducción del número de casos de enfermedad del sueño alentó a otros asociados privados a respaldar el esfuerzo inicial de la OMS con miras a eliminar la enfermedad como problema de salud pública.
Su prevalencia varía según el país pero en los 10 años últimos más del 70 por ciento de los casos notificados procedían de la República Democrática del Congo, que en 2010 declaró más de 500 casos nuevos. Angola, la República Centroafricana, el Chad, Sudán y Uganda declararon entre 100 y 500 nuevos casos anuales.
Ya por debajo están otros países como Camerún, el Congo, Costa de Marfil, Gabón, Guinea, Guinea Ecuatorial, Malawi, Nigeria, Tanzanía, Zambia y Zimbabwe, que están notificando menos de 100 casos por año.
Las noticias más positivas se dan en Benín, Botswana, Burkina Faso, Burundi, Etiopía, Gambia, Ghana, Guinea Bissau, Kenya, Liberia, Malí, Mozambique, Namibia, el Níger, Rwanda, el Senegal, Sierra Leona, Swazilandia y Togo, que desde hace más de diez años no han notificado ningún caso.
Esto muestra que la transmisión de la enfermedad puede haberse detenido, si bien la OMS reconoce que "aún es difícil evaluar la situación exacta en algunas zonas a causa de la inestabilidad social o de la dificultad de acceso que entorpece las actividades de vigilancia y diagnóstico".
Para tratar de corregir la situación, se ha establecido una red para que los países donantes, las fundaciones privadas, las ONG, las instituciones regionales, los centros de investigación y las universidades participen en la vigilancia y el control y emprendan proyectos de investigación para la obtención de nuevos medicamentos y medios de diagnóstico.
Además, la OMS aboga por promover la colaboración con la Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO) en lo concerniente a la tripanosomiasis animal, y con el Organismo Internacional de Energía Atómica (OIEA) con respecto a la lucha antivectorial con moscas esterilizadas por irradiación.