MADRID 26 Jun. (EUROPA PRESS) -
El vicepresidente de la Sociedad Española de Medicina de Familia y Comunitaria, Asensio López, recomienda la ingesta de, como "mínimo", 2,2 litros de agua al día aunque no se tenga sed, para evitar las situaciones de deshidratación.
En declaraciones a Europa Press, López explicó que la principal causa de deshidratación es la carencia de "sensación de sed", sobre todo en el caso de los ancianos. "Las personas mayores beben mucha menos cantidad de líquido que la que deberían", aseguró.
En este sentido, sugirió hacer "más apetente" la idea de beber agua, incluyendo en ella jugos de frutas. "En el agua relativamente fresquita es bueno escurrir jugos de frutas trituradas que vienen muy bien porque aportan los iones y sales que se pierden con frecuencia. Otro remedio excelente, muy propio de nuestro país, es incorporar un rico gazpacho andaluz en una comida al día", sugirió.
A su juicio, es necesaria "la hidratación continua" como medida de prevención ante un posible golpe de calor y subrayó la necesidad de un mayor cuidado de los grupos de riesgo como son las "personas mayores, enfermos crónicos y personas encamadas y niños".
El vicepresidente de la SEMFYC subrayó la importancia de una vigilancia constante sobre nuestros mayores para paliar los efectos nocivos para la salud, derivados de la deshidratación, y evitar las muertes por golpes de calor que se originan todos los veranos.
"Las personas mayores que viven solas son las que más riesgo tienen de sufrir golpes de calor. Por ello, es necesario que, al menos dos veces al día, vecinos o personal sanitario se asegure de que se está hidratando y ofrecerles insistentemente líquidos", insistió.
NIÑOS Y JÓVENES
Aparte de las personas de la tercera edad, el otro grupo de riesgo son los menores de tres años, donde también la sensación de sed está muy poco desarrollada. "Siempre hemos de estar muy atentos a los niños pequeños en las épocas de calor, vestirlos con ropa ligera, estar en sitios especialmente ventilados y ofrecerles continuamente biberones de agua", enumeró López.
Por último, no quiso olvidar ciertas normas para los jóvenes que en muchas ocasiones pecan de "exceso de confianza". "Para los jóvenes, recordarles que las contracturas musculares son el primer síntoma de deshidratación y el segundo aviso puede ser dolor de piernas, debilidad y cansancio general y ya lo último sería el peligroso golpe de calor", concluyó.