Este el mecanismo genético que relaciona la dopamina con la esquizofrenia

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Publicado: jueves, 3 noviembre 2022 7:09

   MADRID, 3 Nov. (EUROPA PRESS) -

   Los investigadores del Instituto Lieber para el Desarrollo del Cerebro (LIBD), en Estados Unidos, han descubierto cómo la dopamina química del cerebro se relaciona con la esquizofrenia, el trastorno cerebral a menudo devastador caracterizado por el pensamiento delirante, las alucinaciones y otras formas de psicosis, resolviendo así un enigma que ha desafiado a los científicos durante más de 70 años, según publican en la revista 'Nature Neuroscience'.

   A través de su exploración de la expresión de los genes en el núcleo caudado, una región del cerebro vinculada a la toma de decisiones emocionales, los investigadores encontraron pruebas físicas de que las células neuronales son incapaces de controlar con precisión los niveles de dopamina, y también identificaron el mecanismo genético que controla el flujo de dopamina.

   "Hasta ahora, los científicos no habían podido descifrar si el vínculo de la dopamina era un factor causal o únicamente una forma de tratar la esquizofrenia --explica el doctor Daniel R. Weinberger, director general y del Instituto Lieber y coautor del estudio--. Tenemos la primera evidencia de que la dopamina es un factor causal en la esquizofrenia".

   La dopamina, un tipo de neurotransmisor, actúa como un mensajero químico que envía señales entre las neuronas --células nerviosas del cerebro-- para cambiar su actividad y comportamiento. La dopamina es el neurotransmisor de recompensa que permite a las personas sentir placer.

   Según el Instituto Nacional de Salud Mental, la esquizofrenia es una de las 15 principales causas de discapacidad en todo el mundo, con síntomas psicóticos como alucinaciones, delirios y pensamientos desordenados, así como una menor expresión de las emociones, una menor motivación para cumplir objetivos, dificultad en las relaciones sociales, deterioro motor y deterioro cognitivo.

   Los síntomas suelen comenzar al final de la adolescencia o al principio de la edad adulta, aunque el deterioro cognitivo y los comportamientos inusuales aparecen a veces en la infancia. Los tratamientos actuales de la esquizofrenia incluyen fármacos antipsicóticos que tratan los síntomas de la psicosis, pero no la causa.

   "Uno de los principales efectos secundarios de los fármacos utilizados para tratar la esquizofrenia es la falta de placer y alegría --explica la doctora Jennifer Erwin, investigadora del Instituto y una de las autoras del informe--. En teoría, si pudiéramos dirigirnos al receptor de la dopamina específicamente con fármacos, eso podría ser una nueva estrategia de tratamiento que no limitaría tanto la alegría del paciente".

   Los científicos saben desde hace décadas que los niveles irregulares de dopamina tienen cierta relación con la psicosis y son un factor crítico en la esquizofrenia, la enfermedad de Alzheimer y otros trastornos neuropsiquiátricos. Se sabe que los fármacos que aumentan la dopamina en el cerebro, como las anfetaminas, provocan psicosis. Los fármacos que tratan la psicosis lo hacen reduciendo la actividad de la dopamina.

   Estas observaciones han inspirado a varias generaciones de científicos a intentar comprender si un desequilibrio de la dopamina se relaciona realmente con la esquizofrenia. La dopamina transmite información en el cerebro interactuando con unas proteínas situadas en la superficie de las células cerebrales, llamadas receptores de dopamina. Al estudiar esos receptores, los científicos del Instituto Lieber han aportado nuevas pruebas que confirman que la dopamina es un factor causal de la esquizofrenia.

   Los investigadores examinaron cientos de cerebros de especímenes post-mortem donados al Instituto Lieber de más de 350 individuos, algunos con esquizofrenia y otros sin enfermedad psiquiátrica. Decidieron centrarse en el núcleo caudado, una parte del cerebro de importancia crítica para el aprendizaje de ideas y conductas complejas más automáticas e intuitivas, pero también porque tiene el suministro más rico de dopamina del cerebro.

   También estudiaron una región del genoma humano que grandes estudios genéticos internacionales han identificado como relacionada con el riesgo de esquizofrenia. Esta región contiene los genes de los receptores de proteínas que responden a la dopamina, lo que apunta a la conexión entre dopamina y esquizofrenia.

   Pero aunque los datos genéticos sugieren, como mucho, un papel de los receptores de dopamina en el riesgo de esquizofrenia, los datos no son concluyentes y no identifican cuál es realmente la relación. Los investigadores fueron más allá al descubrir los mecanismos que hacen de los receptores de dopamina un factor de riesgo.

   El mecanismo existe específicamente en un subtipo del receptor de la dopamina, llamado autorreceptor, que se encuentra en el lado "macho" de la conexión entre las neuronas, la terminal presináptica. Este autorreceptor regula la cantidad de dopamina que libera la neurona presináptica. Si los autorreceptores están comprometidos, el flujo de dopamina dentro del cerebro está mal controlado, y fluye demasiada dopamina durante demasiado tiempo.

   Los investigadores descubrieron que la disminución de la expresión de este autorreceptor en el cerebro explica la evidencia genética del riesgo de enfermedad. Esto concuerda con la hipótesis predominante de que el exceso de dopamina desempeña un papel en la psicosis, y es una prueba contundente de que por fin se ha resuelto el enigma de la dopamina y la esquizofrenia.

   El pionero neurocientífico que descubrió que los fármacos antipsicóticos actúan reduciendo la dopamina cerebral, doctor Sol Snyder calificó el estudio como un avance que llevaba décadas haciéndose.

   "Hay muchos datos confusos que indican la relevancia de la dopamina y los receptores de dopamina en la esquizofrenia --comenta el doctor Snyder, que no participó en este proyecto de investigación--. Lo fundamental que han hecho estos investigadores es recopilar datos que lo ponen todo junto y de forma persuasiva para establecer que los sistemas de dopamina están desajustados en la esquizofrenia, y eso es causal de la enfermedad".

   "Durante décadas, la gente ha debatido la conexión de la dopamina con la esquizofrenia --añade--. Solían decir: 'Bueno, es interesante especular sobre esto, pero no hay pruebas sólidas'. Pero ahora que disponemos de datos mucho más rigurosos, seguimos volviendo a la misma historia. Ya no hay que llamarlo hipótesis", concluye.