MADRID 10 Jun. (EUROPA PRESS) -
La especialista en Reumatología del Centro Médico en Oviedo, la doctora Ana Weruaga, indica que, aunque "todavía está muy extendida la creencia de que estas patologías solo afectan a personas adultas y se relacionan con el envejecimiento", ocurre lo contrario, es decir, "la mayoría de ellas se manifiestan en personas jóvenes e incluso en la edad pediátrica".
"El mito de la edad es algo que debemos romper, al igual que el mal llamado 'reuma', ya que no existe una patología que se denomine así. Lo que existen son más de doscientas enfermedades reumáticas", afirma la reumatóloga en la Jornada de Reumachef, celebrada por la Fundación Española de Reumatología (FER), con la colaboración de la Sociedad Asturiana de Reumatología (SARE), para niños de entre 8 y 14 años con enfermedades reumáticas.
A este respecto, la doctora Estefanía Pardo, del Servicio de Reumatología del Hospital Universitario Central de Asturias, añade que, dentro del abanico de las enfermedades reumáticas, "se estima que uno de cada 1.000 niños en España podría padecer una de estas patologías, siendo la más frecuente la artritis idiopática juvenil (AIJ), aunque también hay otras como el lupus eritematoso sistémico (LES), la esclerodermia, la uveítis y algún tipo de vasculitis".
Además, añade la especialista del HUCA, que "más de la mitad de los niños con enfermedades reumáticas siguen precisando tratamiento para el control de la actividad de su patología al llegar a la adolescencia y a la edad adulta".
En el caso de los niños con enfermedades reumáticas llevar un estilo de vida saludable es indispensable. "Se ha demostrado que el ejercicio es el tratamiento no farmacológico, complementario al farmacológico, que contribuye a mejorar síntomas propios de las enfermedades reumáticas como la rigidez y el dolor articular, a lo que habría que sumar los beneficios psicosociales que tiene", comenta la doctora Estefanía Pardo.
Dentro de las enfermedades reumáticas hay un gran número de ellas que son enfermedades autoinmunes que se basan en procesos inflamatorios. "En este sentido, una alimentación saludable, como puede ser la dieta mediterránea, puede favorecer la calidad de vida de las personas que las sufren, y sobre todo evitar comorbilidades como sobrepeso, colesterol, diabetes o problemas cardiovasculares. Por el contrario, los productos ultraprocesados con alto contenido en azúcar, sal, grasas saturadas y/o grasas trans, provocan inflamación y oxidación en el organismo, pudiendo empeorar el curso de la enfermedad autoinmune y sus comorbilidades", afirma la doctora Anahy Brandy, especialista del Servicio de Reumatología del Hospital Universitario de Cabueñes.