MADRID, 13 Nov. (EUROPA PRESS) -
Una nueva investigación de la Universidad de Australia del Sur y la Universidad de Exeter (Reino Unido) ha recopilado la evidencia más sólida hasta la fecha de que la obesidad causa depresión, incluso en ausencia de otros problemas de salud.
La investigación, publicada en la revista 'International Journal of Epidemiology', muestra que el impacto psicológico del sobrepeso causa depresión, en lugar de enfermedades asociadas, como la diabetes.
Los investigadores analizaron los datos del Biobanco de Reino Unido de más de 48.000 personas con depresión, comparándolos con un grupo de control de más de 290.000 personas nacidas entre 1938 y 1971, que proporcionaron información médica y genética. Los datos hospitalarios y los informes personales se utilizaron para determinar si las personas tenían depresión.
La directora del Centro Australiano para la Salud de Precisión, Elina Hypponen, máxima responsable del estudio, señala que el equipo adoptó un enfoque genómico para su investigación. "Separamos el componente psicológico que tiene la obesidad del impacto de los problemas de salud relacionados con la obesidad mediante el uso de genes asociados con un mayor índice de masa corporal (IMC), pero con un menor riesgo de enfermedades como la diabetes", explica.
"Estos genes estaban tan fuertemente asociados con la depresión como aquellos genes asociados con un IMC más alto y diabetes. Esto sugiere que tener sobrepeso causa depresión con y sin problemas de salud relacionados, especialmente en las mujeres", apunta la experta.
En los otros extremos del espectro de IMC, el estudio ha confirmado los hombres muy delgados son más propensos a la depresión que los hombres de peso normal o las mujeres muy delgadas. "La actual epidemia mundial de obesidad es muy preocupante. Junto con la depresión, se estima que los dos cuestan miles de millones de euros cada año en todo el mundo", detalla Hypponen.
Para concluir, la investigadora asegura que su investigación ha mostrado que tener sobrepeso no solo aumenta los riesgos de enfermedades crónicas como el cáncer y las enfermedades cardiovasculares, sino que también puede conducir a depresión.