MADRID, 30 Sep. (EUROPA PRESS) -
Una educación más larga en la infancia se ha relacionado con transiciones positivas en la salud, según un estudio que se publica en 'Journal of Public Health'. Los resultados sugieren que una diferencia de un año en la educación dio lugar a un cambio un 16 por ciento superior, de "mediocre" a "buena", en la autopercepción de la salud.
Los investigadores analizaron a 3.596 jóvenes participantes de Finlandia, de 3 a 18 años de edad, para ver cómo evalucionaba su propia salud. El estudio examinó los resultados de entrevistas en 1980 y 2007, en las que se evaluaron las conductas de salud, el apoyo social, la autoestima y los riesgos para la salud relacionados con el trabajo. Los autores observaron a cada participante en tres ocasiones: 1986, 1989 y 2001.
Se realizaron preguntas a los participantes sobre su estado de salud actual, si fumaban y bebían alcohol y cómo de extenuante era su trabajo con el fin de ajustar los resultados de los logros educativos. El principal efecto de un incremento de un año en la educación permanecía a pesar de estos otros factores.
Según el doctor Marko Elovainio, coautor del trabajo, "pocos estudios han adoptado diseños similares para investigar los efectos de la educación en el estado de salud general". A su juicio, los hallazgos podrían tener algunas implicaciones para las políticas, por ejemplo, centrándose en la acumulación de factores de riesgo y los beneficios durante toda la vida, garantizando que los niños con problemas de salud no están en desventaja en oportunidades educativas.
La investigación concluye que el éxito académico predice cambios positivos que se autodetectan en la salud desde la niñez a la edad adulta y que múltiples procesos en lugar de un único factor subyacente es probable que promuevan esa relación.