MADRID, 26 Nov. (EUROPA PRESS) -
Vivir en un área más contaminada está vinculado a una mayor probabilidad de tener glaucoma, según un nuevo estudio dirigido por el University College de Londres (UCL), en el Reino Unido.
Según los hallazgos publicados en la revisyta 'Investigative Ophthalmology & Visual Science', las personas en los vecindarios con mayores cantidades de contaminación por partículas finas tenían al menos un 6% más de probabilidades de informar que tenían glaucoma que las de las áreas menos contaminadas.
"Hemos encontrado otra razón por la cual la contaminación del aire debe abordarse como una prioridad de salud pública, y que evitar las fuentes de contaminación del aire podría valer la pena para la salud ocular junto con otras preocupaciones de salud", alerta el autor principal del estudio, el profesor Paul Foster, del Instituto de Oftalmología del UCL y del Moorfields Eye Hospital.
"Si bien aún no podemos confirmar que la asociación sea causal, esperamos continuar nuestra investigación para determinar si la contaminación del aire realmente causa glaucoma y descubrir si existen estrategias de evitación que puedan ayudar a las personas a reducir su exposición a la contaminación del aire para mitigar los riesgos para la salud", añade el experto.
El glaucoma es la principal causa mundial de ceguera irreversible y afecta a más de 60 millones de personas en todo el mundo. Suele ser el resultado de una acumulación de presión del líquido en el ojo, causando daño al nervio óptico que conecta el ojo con el cerebro.
"La mayoría de los factores de riesgo para el glaucoma están fuera de nuestro control, como la edad avanzada o la genética. Por eso es prometedor que ahora hayamos identificado un segundo factor de riesgo, después de la presión ocular, que puede modificarse por cambios en el estilo de vida, el tratamiento o las políticas", añade el profesor Foster.
Los hallazgos se basaron en 111.370 participantes de la cohorte del estudio del Biobanco del Reino Unido, que se sometieron a pruebas oculares entre 2006 y 2010 en Gran Bretaña. Se les preguntó a los participantes si tenían glaucoma, y se sometieron a pruebas oculares para medir la presión intraocular, y tomografía de coherencia óptica de dominio espectral (un escáner láser de la retina) para medir el grosor de la mácula de sus ojos (área central de la retina).
Los datos de los participantes se vincularon con las medidas de contaminación del aire para sus domicilios, de la Unidad de Estadísticas de Salud de Pequeñas Áreas, con los investigadores enfocándose en partículas finas (igual o menor a 2,5 micrómetros de diámetro, o PM2.5).
El equipo de investigación descubrió que las personas en el 25% de las áreas más contaminadas tenían al menos un 6% más de probabilidades de informar que tenían glaucoma que las del cuartil menos contaminado, y también eran significativamente más propensas a tener una retina más delgada, uno de los cambios típicos de la progresión del glaucoma.
La presión ocular no se asoció con la contaminación del aire, lo que según los investigadores sugiere que la contaminación del aire puede afectar el riesgo de glaucoma a través de un mecanismo diferente.
"La contaminación del aire puede estar contribuyendo al glaucoma debido a la constricción de los vasos sanguíneos, que se vincula con los vínculos de la contaminación del aire con un mayor riesgo de problemas cardíacos --explica la doctora Sharon Chua del Instituto de Oftalmología del UCL y del Moorfields Eye Hospital--. Otra posibilidad es que las partículas puedan tener un efecto tóxico directo que dañe el sistema nervioso y contribuya a la inflamación".
La contaminación del aire se ha visto implicada en un riesgo elevado de enfermedad pulmonar y cardiovascular, así como en afecciones cerebrales como la enfermedad de Alzheimer, la enfermedad de Parkinson y el accidente cerebrovascular. La exposición a partículas es uno de los predictores más fuertes de mortalidad entre los contaminantes del aire.
Este estudio se suma a la evidencia previa de que las personas en áreas urbanas tienen un 50% más de probabilidades de tener glaucoma que aquellas en áreas rurales, lo que sugiere ahora que la contaminación del aire puede ser un factor clave para ese patrón.
"Encontramos una sorprendente correlación entre la exposición a partículas y el glaucoma. Dado que esto fue en el Reino Unido, que tiene una contaminación de partículas relativamente baja a escala mundial, el glaucoma puede verse aún más afectado por la contaminación del aire en otras partes del mundo --alerta el profesor Foster--. Y como no incluimos la contaminación del aire interior y la exposición en el lugar de trabajo en nuestro análisis, el efecto real puede ser aún mayor".