También pide extremar la precaución en niños
MADRID, 1 Mar. (EUROPA PRESS) -
Los ciudadanos que visitan Valencia con motivo de la 'Mascletá', que da comienzo a las fiestas de Las Fallas, deberían protegerse del aumento de decibelios que se experimenta ante la explosión de pirotecnia para evitar una dolencia que podía llevar a la pérdida de audición. Tapones con válvula o sencillas técnicas como comer chicle, tragar saliva o dejar la boca abierta pueden ayudar a proteger, señala el responsable de audiología de Alain Afflelou, Javier Barrero Menéndez.
"Cualquier protección para el oído es valida para evitar los traumas acústicos", precisa a Europa Press este experto, al tiempo que apunta a los tapones con válvula o aquellos destinados a cazadores, que se hacen indispensables "para evitar daños en el oido medio", ya que hacen que el ruido sortee su llegada.
Las mascletás pueden llegar hasta los 130 decibelios, un nivel de sonido doloroso y cerca del umbral máximo de dolor que se puede aguantar (140 decibelios). Habitualmente, los individuos se enfrentan a 65 decibelios como máximo durante el día, y 55 por la noche, por eso, la exposición ante una explosión tan fuerte tiene que estar controlada.
Y es que los niveles de decibelios alcanzados por la explosión de material pirotécnico pueden provocar una perforación en el tímpano o un trauma acústico que puede derivar en la pérdida auditiva.
"La pérdida de audición inducida por el ruido es irreversible por la incapacidad de regeneración de las células ciliares de la audición. La sordera podría aparecer en caso de soportar niveles superiores a 90 decibelios y de forma continuada", alerta este experto.
PITIDOS O RUIDOS TIENEN QUE SER CONSULTADOS
Este experto recomienda que, si tras la exposición a la 'mascletá' sin protección en los oídos, la persona siente dolor, pitidos o ruidos en los oídos, acuda directamente al especialista del oído.
Tras ello, explica que el oído tiene un sistema de protección natural, que consiste en una compresión coclear, capaz de atenuar los sonidos en un ratio de 3 a 1 (de cada 3 decibelios, deja pasar 1).
Este sistema funciona en oídos sanos y ante ruidos de intensidad muy fuerte. Pero, a medida que se pierde audición y los oídos resultan dañados, esta función va desapareciendo. "Por este motivo, es frecuente que a las personas que tienen pérdida auditiva les molesten los ruidos fuertes", aclara.
CUIDADO ESPECIAL CON LOS NIÑOS
Este experto aconseja extremar la precaución en niños, pues tienen el órgano de la audición más delicado. "Un daño leve en su audición puede resultar una pérdida auditiva importante cuando sea adulto", advierte. Además, recuerda la importancia de que estos menores acudan a revisarse la audición de manera periódica.
Con todo, reconoce que la sociedad no está concienciada con los peligros que entrañan para la audición fiestas como las Fallas o trabajar en lugar en los que el número de decibelios es más alto de lo normal.
También, apunta al uso de auriculares y a la exposición al ruido procedente del tráfico de las ciudades, en los que el número de decibelios es superior a lo recomendado por la Organización Mundial de la Salud (OMS).
Por otro lado, una exposición a un alto nivel de sonido puede producir efectos similares a los asociados al miedo y la tensión, con un aumento de las pulsaciones, modificación del ritmo respiratorio, tensión muscular, presión arterial, resistencia de la piel, agudeza de la visión y vasoconstricción periférica.