MADRID, 16 May. (EUROPA PRESS) -
Un reciente estudio sobre el uso de las Tecnologías de la Información y la Comunicación (TIC) elaborado por la Universidad Rey Juan Carlos (URJC) recoge que más de la mitad de los menores de 18 años experimentan problemas asociados al uso y abuso de los smartphones.
"La mala utilización de estos dispositivos y aplicaciones se relaciona con problemas de salud mental y fallos de comportamiento en actividades de la vida diaria", han subrayado desde la URJC, indicando que la gran velocidad con la que se han instalado en la sociedad este tipo de avances no ha dado tiempo a que los ciudadanos hayan podido asimilarlo "de una forma racional".
El estudio, elaborado junto al Instituto de Adicciones de Madrid Salud, se ha realizado sobre distintos grupos de edad y entornos geográficos y culturales. "En total, han sido encuestadas 1.276 personas de 80 países diferentes, todas ellas residentes en España o países hispanohablantes", han detallado.
De todos ellos, un 57,5 por ciento de los encuestados menores de 18 años presentan un uso problemático del móvil, de ellos un 7,9 por ciento además muestran gran dependencia. El 45,1 por ciento les pasa lo mismo con Internet (8,6 por ciento dependientes), el 39 por ciento en la mensajería instantánea (10,7 por ciento dependientes), un 25,3 por ciento en redes sociales (6,1 por ciento dependientes) y un 10,9 por ciento en videojuegos (1,9 por ciento dependientes).
Respecto a las diferencias por sexo, los hombres obtienen puntuaciones más altas en las escalas de Internet y videojuegos y las mujeres más en móvil, mensajería instantánea y redes sociales.
A raíz de estos resultados, la investigadora de la URJC, Gloria Rojo, que ha sido una de las principales autoras del estudio, sugiere que es necesario "reconsiderar la relación que los seres humanos establecen con estas tecnologías y las consecuencias que un mal uso puede acarrear".
Recientemente, el Plan Nacional sobre Drogas ha incorporado esta problemática entre sus competencias con el objetivo de investigar y proporcionar atención psicológica a quienes han perdido el control en el uso de Internet o los móviles.
Para Rojo, se trata de algo muy positivo ya que "se requieren políticas educativas que desarrollen estrategias de control personal desde tempranas edades, puesto que el uso de las TIC se inicia cada vez más pronto, cuando los niños ni siquiera cuentan con capacidad cerebral para controlar su comportamiento".
(EUROPA PRESS MADRID)
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