MADRID 29 Jun. (EUROPA PRESS) -
Un estudio con más de 66.000 pacientes ha demostrado que los niveles muy elevados de azúcar en sangre conllevan un retraso en el inicio de la insulinización y un mayor número de complicaciones asociadas a la diabetes, presentes en más del 80 por ciento de estos pacientes.
Los resultados de dicha investigación, desarrollada por Novo Nordisk, se han presentado en el marco del 71 Congreso de la Asociación Americana de Diabetes (ADA, en sus siglas en inglés), celebrado en San Diego (Estados Unidos).
En concreto, en el estudio participaron 66.726 personas con diabetes tipo 2 procedentes de 28 países en Asia, África, Europa y América Latina, y los datos fueron tomados antes de que estos fueran insulinizados y demostraron el control de la diabetes era pobre con una media de los niveles de azúcar en sangre (HbA1c) de 9,5 por ciento, muy por encima de objetivo internacionalmente reconocido de 7 por ciento.
Hasta un 75 por ciento de los participantes presentó enfermedad cardiovascular y hasta un 84 por ciento presentaba otras complicaciones como enfermedad renal, problemas oftálmicos, pie diabético y neuropatía. Sin embargo, estos datos difieren entre regiones.
En el momento de entrar en el estudio, alrededor del 9 por ciento de los pacientes no había recibido ninguna medicación para reducir sus niveles de glucosa a pesar de tener unos niveles de HbA1c por encima de 10 por ciento.
Aquellos que habían recibido antidiabéticos orales antes de entrar en el estudio tuvieron una duración de su enfermedad de entre 5,9 años en Asia del Sur y de 10,4 años en Latinoamérica, lo que significa un importante retraso en la insulinización terapéutica.
Además, los pacientes que previamente habían empezado con insulinas recibían dosis bajas y la dosis no se incrementaba a medida que pasaba el tiempo, tal y como requiere la propia progresión de la enfermedad.
Según el profesor Philip Home, de la Universidad de Newcastle (Reino Unido), estos datos señalan la "constante necesidad de mejorar el manejo de la diabetes tipo 2 de forma global".
"Está claro de los datos obtenidos que el inicio y la optimización de la terapia insulínica a medida se retrasa, lo que redunda en un pobre control glucémico que lleva a las complicaciones asociadas a la diabetes", según ha explicado.