MADRID, 23 Abr. (EUROPA PRESS) -
Más del 60 por ciento de las personas que podrían diagnosticarse de adicción comportamental presentan trastornos mentales, especialmente, depresión, ansiedad, trastorno por déficit de atención y trastorno obsesivo compulsivo, de acuerdo con los expertos reunidos en las 20 Jornadas Nacionales de Patología Dual de la Sociedad Española de Patología Dual (SEPD).
Estos especialistas ha apuntado que, si se incluyeran rasgos de personalidad anómalos, este porcentaje llegaría al 100 por cien de la población. Además, han añadido que es muy frecuente la comorbilidad de la dependencia a tabaco y al alcohol.
La adicción comportamental es una pauta de conducta compulsiva que no está relacionada con la ingesta de sustancias químicas y que se convierte en repetitiva y problemática para un individuo, desarrollando un cuadro clínico similar a una adicción a sustancias como el alcohol o las drogas.
En particular, el jefe de servicio de psiquiatría del hospital Gregorio Marañón Madrid y miembro de la Junta Directiva de la SEPD, Francisco Ferre Navarrete, ha remarcado que la progresiva aparición de nativos digitales ha aumentado el riesgo de sufrir algunas adicciones comportamentales.
"Su incidencia varía mucho según la adicción comportamental y la edad, pero esta cifra se dobla en adolescentes, especialmente si se trata de apuestas online, videojuegos y en redes sociales. En España el caso más preocupante sería el juego online de apuestas deportivas en personas jóvenes", ha señalado el especialista.
De hecho, la Organización Mundial de la Salud (OMS) va a incluir la adicción a los videojuegos como trastorno mental en la Clasificación Internacional de Enfermedades. La SEPD, sin embargo, ha calificado esta categorización como "controvertida a nivel científico", y ha aclarado que solo "una minoría" de las personas expuestas a comportamientos como el consumo de videojuegos pasará de su uso excesivo a un comportamiento adictivo.
CLASIFICACIÓN CLÍNICA DE LAS ADICCIONES COMPORTAMENTALES
Esta sociedad ha propuesto una clasificación clínica de estas adicciones, basada en el contenido de la adicción, tal y como ocurre en las adicciones a sustancias, y formada por tres categorías. La primera de ellas engloba un gran grupo de comportamientos mediados por la tecnología (internet y telefonía móvil) que incluyen el juego 'online', las redes sociales, la pornoadicción, la compra a través de Internet y los videojuegos multijugadores.
Otra, donde el elemento somático es el predominante que recoge la adicción al sexo, al ejercicio y al comer. Y un tercer grupo vinculado a actividades socialmente establecidas, como compra compulsiva, dependencia emocional o grupos de sumisión psicológica.
LOS TRASTORNOS DE LA CONDUCTA ALIMENTARIA (TCA)
En el marco de las 20 Jornadas, también se han abordado los trastornos de conducta alimentaria (TCA) desde la perspectiva de la patología dual y desde las dos vertientes, tanto los TCA como factor de riesgo asociado al consumo de sustancias y la transferencia de las adicciones a los TCA.
Según la SEPD, aproximadamente un 35 por ciento de las personas que sufren alguna adicción pueden presentar un trastorno alimentario a lo largo de su evolución.
En este sentido, el miembro de la Junta Directiva de la SEPD y coordinador asistencial de la Clínica de Trastornos de la Conducta Alimentaria del Hospital Universitario Gregorio Marañon, el doctor Basurte, ha apuntado a la impulsividad como hilo conductor común de las adicciones en algunos perfiles de trastornos de alimentación. La bulimia nerviosa y los trastornos del control son las dos patologías que más se asocian al consumo de sustancias.
De hecho, el especialista ha afirmado que la edad de inicio de los trastornos de alimentación y los primeros contactos con sustancias se producen en edades semejantes, épocas de alta vulnerabilidad que sustentan su asociación y desarrollo.
Por eso, durante la jornada se ha señalado la importancia del diagnóstico preciso y el tratamiento eficaz temprano para abordar estos trastornos. "Debemos centrarnos en las épocas más vulnerables del neurodesarrollo, entendiendo que éste continúa hasta el principio de la vida adulta y focalizar la atención a las personas que sabemos van a presentar una mayor vulnerabilidad por los factores de riesgo ya identificados", ha explicado el especialista.
Por último, Basurte ha resaltado que en un estudio realizado recientemente en el Hospital Gregorio Marañón, se comprobó que el presentar un trastorno de conducta alimentaria se asociaba a un riesgo aumentado de adicciones comportamentales como son las compras, juego, sexo, ejercicio y atracones, además de mayor sintomatología de dependencia emocional y sumisión.