MADRID, 27 May. (EUROPA PRESS) -
Más del 34 por ciento de las personas con cáncer ha sufrido ansiedad y depresión durante este confinamiento, según los primeros resultados del estudio 'Malestar psicológico en pacientes de cáncer durante el confinamiento del COVID-19', elaborado por la Asociación Española Contra el Cáncer (AECC).
De hecho, el organismo ha avisado de que la crisis sanitaria provocada por el Covid-19, la enfermedad que provoca el nuevo coronavirus, está provocando una situación de emergencia en cáncer. Por ello, se ha dirigido al Gobierno y a la Comisión para la Reconstrucción Social y Económica para que tengan en cuenta la situación de la vulnerabilidad de esta población, se diseñen medidas ajustadas a sus necesidades y se proteja a las familias con cáncer.
En concreto, el trabajo, realizado por el Observatorio del cáncer de la AECC durante el confinamiento a más de 2.000 personas diagnosticadas de cáncer en España, ha tenido como objetivo determinar la prevalencia de trastornos psicológicos en estos en pacientes y los factores que influyen en su aparición, así como, en segunda estancia, poder determinar los programas de intervención y soporte más necesarios para ayudar a este grupo de riesgo.
"El estudio ha querido conocer de cerca cómo es el impacto psicosocial que el virus y el confinamiento están produciendo en las personas con cáncer. Detectar cuáles son sus principales preocupaciones en estos momentos y los niveles de ansiedad y depresión es necesario para poder identificar qué tipo de intervenciones psicológicas y sociales son las más adecuadas para ayudarles a afrontar esta difícil situación por la que están pasando", ha comentado el responsable del Servicio de Atención Psicológica de la AECC, Carmen Yélamos.
Una de las principales conclusiones que se extrae del estudio es que las personas con cáncer se muestran bastante más preocupadas por la pandemia que la población española en general. Según el estudio, casi el 67 por ciento de los pacientes reveló estar muy preocupado por la pandemia, frente al 58,9 por ciento de la población general.
Entre las preocupaciones más habituales de los pacientes están el riesgo de infección por Covid-19, las posibles complicaciones por la inmunodepresión cuando se encuentran en tratamiento o los problemas en la capacidad sanitaria para prestar una atención adecuada que pudiera interferir con el tratamiento óptimo de su enfermedad.
"La crisis sanitaria provocada por el COVID-19 ha generado una emergencia en cáncer que afecta directamente a la población con esta enfermedad. Por ello, la asociación ha comenzado a analizar cómo va a afectar esta crisis sanitaria a las personas con cáncer a todos los niveles y los primeros datos apuntan al aspecto psicológico, donde las consecuencias del confinamiento han provocado un porcentaje elevado de personas con cáncer con problemas de ansiedad y depresión", ha explicado la responsable del Observatorio del cáncer de la AECC, Belén Fernández.
Del mismo modo, los resultados del trabajo han evidenciado que un 27 por ciento de los encuestados cuya situación económica no ha cambiado sufren malestar significativo, frente a un 58,6 por ciento cuya situación ha empeorado mucho.
A su vez, un 46 por ciento de las personas con cáncer cuyos ingresos netos mensuales son inferiores a 1.100 euros demuestran malestar psicológico moderado o severo, frente a sólo un 17,5 por ciento de aquellos con ingresos superiores a 3.900 euros.
MALESTAR ENTRE LOS QUE NO LOGRAN DESCONECTAR DEL FLUJO INFORMATIVO
Por otra parte, alrededor de un 20 por ciento de las personas que sufren la enfermedad que son capaces de desconectar del flujo informativo constante sobre el coronavirus presenta malestar, cifra que se eleva hasta aproximadamente el 50 por ciento de aquellos que no son capaces de desconectar. Además, el malestar es significativamente más elevado entre aquellos que muestran mayor desconfianza hacia las instituciones sanitarias y políticas públicas.
Del mismo modo, el miedo al contagio (propio o de los seres queridos) y la preocupación específica por el coronavirus están relacionados de manera moderada con el malestar psicológico general, aunque en menor medida que los factores expuestos anteriormente.
Los retrasos en las pruebas provocados por la pandemia se relacionan en mayor medida con el malestar psicológico que los retrasos en los tratamientos oncológicos. Además, la presencia de problemática psicológica es mayor durante el primer año tras el diagnóstico de la enfermedad, de lo que infiere que hay mayor preocupación entre las personas recién diagnosticadas o en tratamiento activo.
Finalmente, la edad del paciente es otro elemento que influye en los niveles de malestar clínicos presentados. Concretamente, cuanto más joven es el paciente, mayor es el malestar que presenta. En este sentido, el informe revela que los pacientes más susceptibles a padecer trastornos de ansiedad y depresión son aquellos adultos de entre 18 y 24 años, recién diagnosticados, en situación de desempleo o con ingresos inferiores a los 1.100 euros, y con dificultad para gestionar la información en el contexto de la Covid-19.