MADRID 23 May. (EUROPA PRESS) -
Más de 300.000 personas en España padecen algún tipo de epilepsia y se estima que cada año se detectan unos 20.000 casos nuevos de esta enfermedad, según un estudio reciente elaborado por la Sociedad Española de Neurología (SEN) que, además, refleja que alrededor de un 70 por ciento de los pacientes han conseguido frenar la aparición de la crisis hasta el punto de que, un número muy importante de ellos, consigue dejar la medicación transcurridos unos años.
Asimismo, esta investigación demuestra la enorme carga que supone para el paciente y su familia la epilepsia farmacorresistente ya que el 44 por ciento de ellos no trabaja por causa de la enfermedad y el 37,5 por ciento de las familias ven afectada su economía de una manera considerable. Además, el 32,9 por ciento de los enfermos farmacorresistentes necesitan un cuidador.
Sin embargo, la SEN recuerda que actualmente entre un 25 y un 30 por ciento de los pacientes epilépticos son resistentes a la terapia con fármacos y no cuentan con un tratamiento que prevenga o modifique el desarrollo de esta patología. Por ello, cada vez resulta más necesario encontrar nuevas vías de actuación.
En este sentido, el coordinador del Grupo de Estudio de Epilepsia de la SEN, José Ángel Mauri Llerda, señala que en las últimas dos décadas la cirugía de la epilepsia se ha establecido como un tratamiento de "gran eficacia" para pacientes resistentes a los fármacos, aunque no todos los casos son susceptibles de utilizarla. Además, se están realizando ensayos clínicos con estimuladores cerebrales profundos que muestran una significativa mejoría en un grupo de los pacientes tratados.
Concretamente, la epilepsia es una enfermedad crónica que se produce cuando un área de la corteza cerebral se irrita y deriva en una serie de síntomas que, dependiendo de la localización, se manifiesta de una forma u otra a nivel clínico. La más común es la epilepsia generalizada primaria y sólo se manifiesta con crisis epilépticas sin tener ningún otro tipo de trastorno intelectual o genético. Por el contrario, existen las crisis epilépticas que son síntomas de múltiples enfermedades neurológicas y metabólicas como, por ejemplo, una baja glucosa en sangre.
Asimismo, la epilepsia puede producir dos tipos de crisis: una generalizada en la que el paciente pierde el conocimiento, se pone azul durante unos segundos, expulsa saliva por la boca, se muerde la lengua, hace movimientos y, en ocasiones, se orina; y una crisis focal en la que en el enfermo puede mover el dedo de la mano durante uno o dos minutos sin perder la conciencia, o se queda mirando hacia el infinito haciendo movimientos con la boca, entre otras.
MÁS FRECUENTE EN NIÑOS Y ANCIANOS
Aunque se puede desarrollar a cualquier edad suele ser más frecuente durante la infancia y en ancianos, y se estima que un porcentaje importante de los casos tienen una etiología genética. Existe también otro grupo que se debe a causas estructurales o metabólicas y, además, todavía existe un importante número de casos cuya etiología se desconoce. Como consecuencia de ello cada año uno de cada 1.000 pacientes fallece por causas relacionadas directamente con la epilepsia.
En el caso en el que un individuo presencie un ataque epiléptico, los expertos recomiendan no perder la calma, no movilizar al paciente del sitio en el que se encuentre, no introducirle nada en la boca y evitar, en la medida de lo posible, que se golpee la cabeza.
No obstante, existen casos en los que es necesario acudir a urgencias como, por ejemplo, cuando se trata de una mujer embarazada, si se ha producido un traumatismo importante, si el paciente no recupera la conciencia entre una crisis u otra o si la crisis dura más de cinco minutos.
SE LES CONSIDERA PERSONAS "ESTIGMATIZADAS"
Asimismo, según ha asegurado en una entrevista a Europa Press el neurólogo del Hospital USP San Camilo de Madrid, Antonio Yuste, los pacientes que sufren la enfermedad de la epilepsia o que padecen crisis epilépticas siguen siendo considerados personas estigmatizadas a las que se suele marginar en los puestos de trabajo por creer que tienen un bajo nivel intelectual o algún tipo de trastorno psicológico.
Una creencia que data desde hace siglos --en el Evangelio de San Marcos se incluye una descripción de una crisis epiléptica-- y que ha hecho que este tipo de pacientes sean vistos con recelo por la sociedad a pesar de que algunos personas ilustres como Santa Teresa de Jesús, Julio Cesar o Isaac Newton, lo padecieran.
"La sociedad sigue sin estar concienciada y este tipo de pacientes están todavía marginados y estigmatizados. La gente cuando ve una crisis epiléptica generalizada se asusta mucho y a veces les es difícil trabajar con ellos cuando no existe ninguna prueba de que estos enfermos tienen un bajo nivel intelectual o un trastorno de conducta", ha subrayado.