MADRID, 20 Jun. (EUROPA PRESS) -
Una revisión Cochrane liderada por la Universidad de Flinders (Australia) ha descubierto que la realidad virtual (RV), al utilizarse como complemento de la terapia estándar, puede ayudar a los supervivientes de un ictus a recuperar la movilidad del brazo.
Los hallazgos sugieren que la RV podría ser una herramienta prometedora para impulsar los esfuerzos de rehabilitación, en particular al aumentar la cantidad de terapia que reciben los pacientes.
Esta es la cuarta actualización de una revisión Cochrane publicada por primera vez en 2011, y ahora incluye datos de 190 ensayos que involucran a 7.188 participantes, con 119 estudios nuevos agregados desde la versión anterior en 2017. La revisión evaluó una amplia gama de tecnologías de realidad virtual, desde juegos simples basados en pantalla hasta dispositivos inmersivos montados en la cabeza desarrollados específicamente para entornos de rehabilitación.
Un equipo de autores Cochrane con sede en Australia, Canadá y Estados Unidos descubrió que la RV, en comparación con la terapia convencional, puede mejorar ligeramente la función y la actividad del brazo. Se observaron efectos más prometedores al añadir la RV a la atención habitual, lo que aumentó la duración total de la terapia y produjo mayores mejoras en la función del brazo.
"Se sabe que dedicar más tiempo a la terapia mejora los resultados después de un ictus", comenta la profesora Kate Laver, autora principal de la Universidad de Flinders. "La realidad virtual puede ofrecer una forma bastante económica y atractiva de aumentar la duración de la terapia sin la supervisión de un médico".
La revisión también encontró que la realidad virtual puede ser beneficiosa para mejorar el equilibrio y reducir las limitaciones de la actividad, aunque los efectos sobre la movilidad, la participación y la calidad de vida siguen siendo inciertos debido a la evidencia limitada o de baja certeza.
A pesar del creciente número de estudios, muchos ensayos fueron pequeños y utilizaron tecnologías de RV básicas o de bajo coste, como consolas de videojuegos comerciales. Pocos estudios evaluaron sistemas inmersivos de montaje en la cabeza, y su eficacia aún no está clara. La revisión también señaló que la mayoría de los programas actuales de RV se centran en el entrenamiento del movimiento, en lugar de ayudar a las personas a recuperar capacidades funcionales como vestirse o cocinar.
"Esta tecnología tiene el potencial de simular entornos de la vida real, como comprar en un supermercado o cruzar la calle, lo que permite a los profesionales clínicos probar tareas que no son seguras para practicar en el mundo real", insiste Laver. "Sin embargo, aún observamos que las intervenciones sencillas de RV dominan la investigación. Existe una verdadera oportunidad para que los investigadores profundicen y desarrollen terapias más sofisticadas y centradas en la función".
Si bien se monitorearon eventos adversos en muchos de los estudios incluidos, fueron raros y leves, lo que sugiere que la RV es generalmente segura y bien tolerada. La revisión destaca la necesidad de realizar más estudios de mayor tamaño y mejor diseño, en particular aquellos que evalúen tecnologías de realidad virtual inmersivas y específicas para cada tarea, para comprender la mejor manera de utilizar esta herramienta en la recuperación de un accidente cerebrovascular.
DOI: 10.1002/14651858.CD008349.pub5/completo