MADRID 14 Sep. (EUROPA PRESS) -
Respetar el tratamiento de mantenimiento en los niños asmáticos durante los meses de verano ayuda a tener el asma controlado durante la vuelta al colegio y el inicio del otoño, según han asegurado expertos en Neumología y Alergología, en un encuentro organizado este miércoles en Madrid para explicar los factores desencadenantes de las crisis asmáticas en los menores durante la época otoñal.
"En verano se vive con horarios menos organizados y el tratamiento de mantenimiento de asma en los niños se vuelve más irregular, llegándose incluso a suspender en algunos casos", ha explicado la jefe de sección de Alergología del Hospital Infantil Universitario Niño Jesús de Madrid, la doctora Paloma Ibáñez, quien asegura que "se ha demostrado que los menores que tienen controlada la enfermedad reducen los días con síntomas asmáticos y tienen que acudir menos a consulta".
Con la vuelta al entorno cerrado de las aulas y la llegada del frío, los niños se exponen a los virus que producen infecciones respiratorias, lo que provoca una epidemia de asma otoñal. Esto hace que un 20 por ciento de las hospitalizaciones de los niños españoles en esta época se deba al asma. Asimismo, el aumento de las crisis asmáticas en esta época genera, además, un mayor asentismo escolar y, concretamente, "la segunda semana del comienzo del curso cuando ya los virus empiezan a producir la enfermedad", apunta la doctora.
Se estima que el 10 por ciento de la población infantil padece asma y, según el estudio Magic, patrocinado por el laboratorio MSD, sólo un 13 por ciento de los jóvenes de entre 12 y 18 años tiene su asma controlada. En este sentido, para los expertos, "es fundamental que el paciente, los padres y los docentes entiendan qué supone esta enfermedad crónica para que se pueda controlar con éxito", afirma el médico adjunto de la unidad de Neumología del Hospital Clínico San Carlos (Madrid), el doctor Santiago Rueda.
COMPAGINAR LA ENFERMEDAD CON LA ACTIVIDAD FÍSICA
El inicio de las clases supone también el inicio y seguimiento de una actividad física reglada y programada en los colegios, un factor a tener en cuenta en esta patología, ya que alrededor del 80 por ciento de los niños asmáticos suelen tener síntomas de asma cuando realizan actividad física. De hecho, según Rueda, "hay niños que son diagnosticados por los propios profesores cuando el menor está realizando deporte porque presentan síntomas como dificultad respiratoria, ruido en el pecho y, los mayores, tienen la sensación de presión torácica", explica el doctor Rueda.
Sin embargo, el neumólogo afirma que "bajo ningún concepto hay que prohibir la realización de ejercicio físico en los niños". Según ha explicado el doctor, hay deportes menos asmógenos como aquellos de coordinación muscular (kárate o tenis) o de equipo (baloncesto) que "no suponen una carrera continua para el niño y puede descansar más a menudo".
Además, se aconseja seguir una serie de normas a la hora de hacer deporte tales como "calentar, adquirir forma física de forma progresiva e intentar incrementar la actividad gradualmente cada semana, así como consultar al médico si se necesita seguir un tratamiento previo al desarrollo del ejercicio", explica el experto.
De igual manera, Rueda considera imprescindible acudir al doctor antes del inicio del curso escolar "para conocer la situación del niño y que se realice un informe médico para que, tanto profesores como la familia, sepan cómo enfrentarse a la enfermedad".