ALICANTE 26 Ene. (EUROPA PRESS) -
Expertos de los hospitales de Vithas alertan que los malos hábitos alimenticios elevan los casos de gota, una enfermedad que afecta casi al 5 por ciento --4,55%-- de los hombres (de manera muy excepcional antes de la pubertad) y al 0,38% de las mujeres en España, según ha destacado el grupo en un comunicado.
Los profesionales señalan que la gota es el tipo de artritis más frecuente en hombres adultos. Sus características generales incluyen intensa inflamación articular y, en caso de no ser adecuadamente tratada, puede dañar las articulaciones o generar insuficiencia renal.
"Se trata, además, de un factor de riesgo no menor para enfermedad coronaria y otras consecuencias de la arterosclerosis, como episodios vasculares cerebrales", sostiene el doctor Eliseo Pascual, reumatólogo del Hospital Vithas Medimar.
En la misma línea, el especialista señala que los cristales se forman como consecuencia de "niveles elevados de ácido úrico en sangre, frecuentemente asociados al llamado síndrome metabólico", relacionado directamente con la obesidad --especialmente abdominal--, hipertensión, diabetes o prediabetes, elevación de los triglicéridos y disminución del colesterol HDL (colesterol del bueno).
"Esto obedece a los hábitos alimentarios excesivos y la vida sedentaria. La toma de diuréticos también eleva el ácido úrico en sangre", añade Pascual.
Igualmente, el doctor explica que habitualmente la gota comienza en el pie, ya sea en la articulación de la base del primer dedo (podagra) o en todo el empeine. "En ocasiones se han tenido previamente molestias en manos o pies que pueden haberse tomado como pequeños esguinces", subraya el doctor.
"Durante los ataques de gota la inflamación es intensa y muy dolorosa, se acompaña de hinchazón y enrojecimiento de la piel. Esta inflamación continua y persistente es la que favorece la aterosclerosis, lo que asocia la gota con enfermedades coronarias, como infartos de miocardio, accidentes cerebrovasculares e insuficiencia vascular en las extremidades. También se ha apreciado en ocasiones una disfunción eréctil", concluye el reumatólogo.
Sobre el tratamiento, el objetivo es la "eliminación de los cristales, ya que sin ellos desaparece la posibilidad de ataques y la inflamación en articulaciones asintomáticas que ya no los tienen".
Asimismo, sostienen que la gota es "tratable en cualquiera de sus estadios" y "requiere un tiempo prolongado y proporcional al tiempo pasado desde el primer ataque, ya que, a más tiempo de evolución, más cristales formados".