MADRID, 4 Ene. (EUROPA PRESS) -
Un estudio pionero de la Universidad Cornell (Estados Unidos) sobre la organización del trabajo de los padres durante la pandemia muestra que las madres que trabajaban desde casa aumentaron sus tareas de supervisión parental dos horas más que los padres, y que las mujeres eran más propensas a adaptar sus horarios de trabajo a las nuevas exigencias de la crianza.
En el estudio se utilizaron registros horarios para examinar cómo los padres que trabajaban gestionaban los cierres de escuelas y las interrupciones en el cuidado de los hijos durante la pandemia Covid-19, lo que se considera el primer uso de esos datos.
"Descubrimos que las mujeres que trabajaban desde casa asumieron una mayor carga de crianza durante la pandemia", afirma la investigadora Kelly Musick, profesora de política pública y sociología y decana asociada principal de investigación en la Escuela de Política Pública Jeb E. Brooks de Cornell. "Aunque el cambio al trabajo desde casa ofrecía más flexibilidad, la falta de separación entre trabajo y familia contribuyó a crear entornos laborales más difíciles, especialmente entre las madres", argumenta.
El artículo que detalla sus conclusiones, 'Parents' Work Arrangements and Gendered Time Use During the COVID-19 Pandemic', se ha publicado en la revista 'Journal of Marriage and Family'. Los investigadores profundizaron en los datos de la Encuesta sobre el Uso del Tiempo en Estados Unidos 2017-20. Una muestra representativa de estadounidenses registró sus actividades diarias en detalle, anotando cuánto tiempo pasaron en cada tarea, dónde estaban y quién estaba presente. Esos registros se compararon luego con la forma en que los padres asignaban su tiempo antes de la pandemia, lo que dio como resultado algunos hallazgos clave.
En primer lugar, no hubo un aumento entre los padres que trabajaban desde casa o 'in situ' en el tiempo total dedicado al cuidado de los niños como actividad principal, como cuando los alimentaban o bañaban, jugaban o les leían. El aumento de horas se produjo en las tareas de supervisión (controlar las actividades y garantizar la seguridad de los pequeños mientras se realizan otras actividades, a menudo trabajos remunerados), y ahí es donde surgió la diferencia de dos horas entre mujeres y hombres. "El aumento mucho mayor entre las madres en relación con los padres en tareas de supervisión apunta a la responsabilidad desproporcionada de las madres sobre los niños", apunta Musick.
Cuando las actividades no implicaban multitarea ni afectaban a las obligaciones laborales, la división entre madres y padres era más pareja. Las madres aumentaron desproporcionadamente su tiempo de juego con los niños durante la pandemia, y los padres asumieron más tareas domésticas. Esto es lo contrario de lo que sugieren las pruebas sobre la vida en el hogar antes de la pandemia.
Aunque la pandemia permitió a los padres pasar más tiempo en casa con los niños, la mayor parte de ese tiempo se dedicó a hacer malabarismos con el trabajo remunerado. Los padres que trabajaban 'in situ' no experimentaron estos cambios. Todas las madres --tanto las que trabajaban en el lugar como las que lo hacían en casa-- también modificaron sus horarios de trabajo durante la pandemia, aumentando los horarios atípicos y los periodos de trabajo a lo largo del día, presumiblemente para adaptarse mejor a las mayores exigencias de la crianza de los hijos.
Aunque el estudio se centró en la pandemia, las conclusiones tienen importantes implicaciones para el trabajo y la familia en un mundo pospandémico caracterizado por un trabajo más a distancia.
"La pandemia pone de relieve una cultura laboral que no se adapta a las demandas de cuidados y una infraestructura política mal equipada para apoyar a los padres que trabajan", afirma Musick. "Es necesario un cambio tanto a nivel público como privado para acomodar mejor la salud, la productividad y el bienestar de las familias trabajadoras", ha reclamado.