MADRID, 17 Dic. (EUROPA PRESS) -
Contrariamente a la creencia común, la luz azul puede no ser tan perjudicial para nuestros patrones de sueño como se pensaba originalmente, según señalan ahora científicos de la Universidad de Manchester (Reino Unido) en la revista 'Current Biology'.
Según el equipo, el uso de luces tenues, más frías, por la noche y luces más cálidas en el día puede ser más beneficioso para nuestra salud. Se basan en que el crepúsculo es más oscuro y más azul que la luz del día y el reloj biológico utiliza ambas características para determinar los momentos apropiados para estar dormido y despierto.
Las tecnologías actuales diseñadas para limitar nuestra exposición nocturna a la luz azul, por ejemplo al cambiar el color de la pantalla en los dispositivos móviles, pueden enviarnos mensajes ambiguos, argumentan.Esto se debe a que los pequeños cambios en el brillo que producen están acompañados de colores que se parecen más al día.
La investigación, financiada por el Biotechnology and Biological Sciences Research Council y que se realizó en ratones, utilizó iluminación especialmente diseñada que permitió al equipo ajustar el color sin cambiar el brillo. Eso mostró que los colores azules producían efectos más débiles en el reloj del cuerpo del ratón que los colores amarillos igualmente brillantes.
Los resultados, según el equipo, tienen implicaciones importantes para el diseño de iluminación y pantallas visuales destinadas a garantizar patrones saludables de sueño y alerta.
El reloj del cuerpo utiliza una proteína sensible a la luz especializada en el ojo para medir el brillo, llamada melanopsina, que es mejor para detectar fotones de longitud de onda más corta. Es por eso que, según el equipo, los investigadores sugirieron originalmente que la luz azul podría tener un efecto más fuerte.
Sin embargo, nuestra percepción del color proviene de las células del cono retiniano y la nueva investigación muestra que las señales de color azul que suministran reducen el impacto de la luz en el reloj.
El doctor Tim Brown, de la Universidad de Manchester, señala: "Mostramos que la opinión común de que la luz azul tiene el efecto más fuerte en el reloj biológico es errónea. De hecho --añade--, los colores azules que están asociados con el crepúsculo tienen un efecto más débil que el blanco o el amarillo luz de brillo equivalente".
"Hay mucho interés en alterar el impacto de la luz en el reloj ajustando las señales de brillo detectadas por la melanopsina, pero los enfoques actuales generalmente lo hacen cambiando la proporción de luz de longitud de onda corta y larga --prosigue--; esto proporciona una pequeña diferencia en el brillo a expensas de cambios perceptibles en el color".
Por ello, insisten en que "este no es el mejor enfoque, ya que los cambios en el color pueden oponerse a cualquier beneficio obtenido al reducir las señales de brillo detectadas por la melanopsina. Nuestros hallazgos sugieren que el uso de luces tenues, más frías en la noche y luces cálidas brillantes en el día puede ser más beneficioso".
"La investigación ya ha proporcionado evidencia de que alinear nuestros relojes corporales con nuestros horarios sociales y laborales puede ser bueno para nuestra salud. Usar el color adecuadamente podría ser una forma de ayudarnos a lograrlo mejor", insiste.