GRANADA 24 Jul. (EUROPA PRESS) -
Investigadores de la Universidad de Granada (UGR) lideran un novedoso estudio en ratones que demuestra que los fármacos bloqueantes del receptor sigma-1 logran que los leucocitos o glóbulos blancos alivien el dolor que se siente cuando un tejido está inflamado.
Las células del sistema inmune, los leucocitos o glóbulos blancos, se acumulan en los tejidos del cuerpo humano tras, por ejemplo, sufrir un traumatismo o una herida.
Su función principal reparar el tejido dañado, pero además producen sustancias que promueven el dolor (denominadas algógenos), por lo que juegan un papel clave en el que se siente cuando el tejido está inflamado. Esto es también aplicable a ciertas patologías crónicas que cursan con inflamación y dolor, como en el caso de las artritis, según detalla en una nota la UGR.
Paradójicamente, estos leucocitos además de liberar algógenos, son capaces de producir péptidos opioides endógenos (como las endorfinas), que tienen la misma actividad que los analgésicos opioides (como la morfina), los cuales se usan para tratar el dolor. Sin embargo, el balance entre la actividad de los leucocitos a favor y en contra del dolor durante la inflamación favorece claramente al dolor; de hecho, la inflamación produce dolor.
El receptor sigma-1 es una proteína muy pequeña presente en las neuronas, y es capaz de modular la acción de los receptores opioides. En un estudio liderado por científicos de la UGR junto, con la empresa farmacéutica Esteve, el Instituto Teófilo Hernando de I+D del Medicamento y el Instituto de Biotecnología Molecular de Austria, se ha descubierto que los bloqueantes del receptor sigma-1 son capaces de incrementar el efecto de estos péptidos opioides endógenos que producen los leucocitos, de manera que estas células del sistema inmune cuando están en el tejido inflamado alivien el dolor en lugar de producirlo.
"Estamos ante un mecanismo de alivio del dolor totalmente novedoso, basado en maximizar el potencial analgésico de las células del sistema inmune y que podría tener importantes aplicaciones terapéuticas en pacientes con dolor de origen inflamatorio", afirma el director de este trabajo, el investigador del departamento de Farmacología e Instituto de Neurociencias de la UGR Enrique J. Cobos del Moral.